Alrededor de 32 millones de latinos podrán votar en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre próximo. De acuerdo con Pew Research, el mayor voto de una minoría, por primera vez en la historia, sería el voto latino superior al afroamericano. La comunidad latina puede definir la elección en 2020. Una elevada afluencia a las urnas de latinos se inclinaría por el candidato del Partido Demócrata y podría decidir la elección. Eso si no sucede lo que aconteció en las elecciones de 2016, cuando una parte importante de latinos no fueron a votar.
¿Qué sucedió entonces? La mayor parte del voto latino era, como es ahora, de menores de 40 años, jóvenes que se inclinaban mayoritariamente por el Partido Demócrata y de adultos que en un número considerable lo hacían igual. Pero una gran parte no votaron. En 2016, durante pláticas que tuve para un artículo en EL UNIVERSAL, con estudiantes de las distintas facultades de la (USC) Universidad del Sur de California y de UCLA Los Ángeles, semanas antes de la elección, la enorme mayoría decía que hubiera votado por Bernie Sanders, pero que Hillary Clinton era la candidata y que dudaban votar por ella. Interrogados de si entonces votarían por Trump, lo negaban de manera rotunda: mejor no votarían. La abstención fue grande. Si Hillary hubiera tenido la mayoría del voto latino en Florida, hubiera ganado la elección. De acuerdo con Pew Reasearch, los latinos proclives a los demócratas desaprueban las políticas de Trump en un 93%. En contraste, los votantes latinos tienen una buena impresión de los candidatos demócratas en un 54% y para un 11% es excelente.
La política migratoria de Obama se impuso con una orden ejecutiva y el DACA que favoreció a 800 mil jóvenes que llegaron a EU llevados por sus padres siendo menores de edad, les permitió estudiar y trabajar sin ser deportados. Pero no logró en su segundo periodo aprobar una reforma migratoria ofrecida en su campaña, no la impulsó en su primer periodo cuando tenía la fuerza política mayoritaria. Fue Obama el presidente que realizó el mayor número de deportaciones durante su periodo: tres millones.
Hay un problema que puede frenar una gran afluencia de los latinos a las urnas, como podría esperarse. Los candidatos demócratas en los debates televisados, no han abordado de manera destacada los temas que interesan a los latinos. ¿Cuáles son sus políticas hacia esta importante minoría? Trump buscará un segundo periodo presidencial tiene una política definida en la que destaca el supremacismo blanco, el racismo y la discriminación, las políticas de odio contra los indocumentados. Mantiene la amenaza vigente de acabar con el DACA que permitió a 800 mil jóvenes estudiar, trabajar y no ser deportados. Se comprometió con cancelarlo desde 2017 y aún representa una amenaza contra esos jóvenes. Ahora rechaza las solicitudes de asilo de miles de migrantes que esperan en la frontera en México, la mayoría provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala.
En los debates televisados, los posibles candidatos demócratas no han colocado, con fuerza política, como uno de los temas centrales lo que serían las nuevas políticas migratorias: la defensa de los 800 mil dreamers, la necesidad de una reforma migratoria, el rechazo a las políticas de separación de familias, acabar con los odios raciales, la expulsión al otro lado de la frontera de miles de solicitantes de asilo originando una crisis de derechos humanos nunca antes vista, y negando el derecho de quienes solicitan asilo a permanecer en EU hasta que las cortes resuelvan su solicitud, como establece la ley. A esto hay que añadir que los debates se han convertido en discusiones con no pocas descalificaciones entre contrincantes aspirantes a la candidatura, con insuficiente énfasis en políticas públicas, sin una visión compartida en torno a los principales problemas, entre ellos la migración. Se debilitan constantemente unos a otros. Y sin suficiente énfasis en el apoyo de todos y cada uno de los aspirantes a la candidatura presidencial del DACA que mantiene en tensión e incertidumbre a los jóvenes, en su mayoría latinos mientras la Suprema Corte deberá tomar una decisión de la permanencia, el fin o los cambios en el DACA. Esos jóvenes tienen también un importante apoyo en universidades, hospitales y sitios donde trabajan y su cancelación puede tener repercusiones negativas para el presidente candidato.
Los demócratas perdieron la elección de 2016, aunque lograron tres millones de votos más que el Partido Republicano, que ganó el “voto electoral”, que no corresponde a los votos totales en las urnas por uno u otro partido. Los eemócratas tienen hoy la preferencia de los latinos, de 2 a 1 frente a los republicanos. 32 millones de latinos pueden votar en la elección presidencial de EU en noviembre próximo y definir el resultado en 2020.
Las elecciones de noviembre serán cruciales no sólo para EU, para México, para América Latina y para el mundo. En Estados Unidos serán competidas pero no tersas. El presidente como candidato tiene el mayor margen de maniobra en un país con un dura confrontación por el Impeachment y con graves problemas de impacto mundial en Medio Oriente en un choque entre Irán y EU que podría desembocar en un conflicto armado. Serán cruciales también para México, la migración y la frontera… que serán todos de nueva cuenta temas de campaña electoral.
Periodista, analista internacional