La Constitución y las leyes tienen que ser observadas y aplicadas rigurosamente en todos los procesos electorales en México de principio a fin. Obligan igualmente a los aspirantes, que a los partidos y a todas las instituciones, incluido el Presidente.
Obligan al INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que conducen todos los procesos electorales, que conducen las elecciones y todos los trámites electorales conforme los recientes cambios en el INE, pero no amplían voluntades ni cambian nada en materia electoral.
Lo que se ha visto en materia electoral, fundamentalmente a nivel federal pero también en las gubernaturas, es que se han acelerado procesos en busca de los votos electorales por parte de varios de quienes pretenden ganar elecciones, en los distintos niveles, destacando la elección presidencial de los aspirantes definidos por el Presidente como sus “corcholatas”. Que han actuado varios de ellos en contra de las leyes y acelerado los tiempos electorales. Se aceleran los tiempos electorales.
Pareciera que las corcholatas, con excepción de Marcelo Ebrard, apoyados por el Presidente, pudieran hacer cualquier cosa, sin tener en cuenta los tiempos establecidos, lo que ha causado protestas.
La situación empeora con políticas del Presidente. Hace unos días la Comisión de Quejas del INE apoyó medidas cautelares contra el Presidente, en relación con sus ataques a Xóchitl Gálvez, que aspira a la candidatura presidencial. Deberá eliminar publicaciones y entiendo que comentarios públicos contra Xóchitl Gálvez: “El Presidente deberá abstenerse de hacer comentarios contra los aspirantes de la oposición”. Así ordenó el INE a AMLO no hablar sobre ella ni el 2024.
En algunos casos se ha exigido a los aspirantes que eliminen sus bardas pintadas pidiendo el voto ciudadano, ya que legalmente no es tiempo para hacerlo.
El Presidente había manifestado la importancia de que México tenga una mujer Presidenta, dirigiéndose reiteradamente a su corcholata Claudia Sheinbaum. Ella y el aspirante a ganar la Presidencia realizan los más frecuentes viajes a los distintos estados del país. El secretario de Gobernación es ya la “Corcholata que más viaja”, aprovechando su cargo.
Efectivamente México debería tener, desde hace años, una mujer Presidenta, somos el país más atrasado en América Latina. No tenemos hasta hoy una Presidenta. En 1953 durante la presidencia de Ruiz Cortines, las mujeres habían alcanzado el derecho a votar y ser votadas.
Griselda Álvarez había sido maestra, poeta, Senadora, funcionaria pública. En los años 1968 y 1979 tuvieron lugar importantes acontecimientos, en 1968 el movimiento estudiantil. El feminismo se abría paso en México y el Mundo.
La reforma electoral de 1977 transformó el sistema político. Griselda recordaba siempre cómo había cambiado el panorama nacional. En la decisión de Griselda de buscar y alcanzar la gubernatura de Colima, Porfirio Muñoz Ledo la convenció con su insistencia de que ella estaba preparada para ser gobernadora, la primera en México. El 1 de noviembre de 1979 por primera vez en el Ejecutivo había una mujer gobernadora. El camino no había sido fácil. Abrió el primer espacio para las mujeres.
La reforma de 1977 había sido una transformación política para México, hubo resistencia, pero sobre todo decisión de alcanzar el objetivo. Griselda Álvarez no era feminista pero abrió un camino que había estado cerrado para las mujeres, luchó y trabajó mucho para convencer que ella podría ser gobernadora, superó obstáculos, recordaba que Reyes Heroles, cuando se sentó a hablar con él para decirle que quería ser gobernadora, le dijo 19 veces que en México no había condiciones para una mujer gobernadora, ella no dejó de insistir. Habló con el Presidente, que al despedirse le dijo “hable con quien tenga que hablar”. Ella interpretó la frase “eso quiere decir que hable con el pueblo”. Podía hacerlo y lo hizo. Por primera vez una mujer entraba en la política en aquel México sólo de hombres. Ganó las elecciones.
El camino recorrido fue cuesta arriba: “Aquel 1 de noviembre de 1979 tuve la suerte de romper la hegemonía masculina con la vocal A; de gobernadora". Por primera vez había una A para mujeres en la política nacional.
“Durante mi campaña como gobernadora adopté el lema “Para progresar, educar”, afirmaba Griselda.
En 1977, la reforma electoral abrió el sistema político con los diputados plurinominales o de mayoría, lo que permitió la participación de partidos que, como el Comunista, no habían tenido entonces. Abrió espacio en las contiendas electorales para partidos que no habían tenido espacios electorales hasta entonces.
Griselda Álvarez se forjó en una vida llena de contradicciones, vinculada con la historia y la política.
Griselda asumió el Poder como gobernadora, el 1 de noviembre de 1979. Aquel día le habían puesto un mandil a la estatua del indio Colimán. Algunas resistencias permanecían.
El gobierno de Griselda Álvarez en Colima fue el primero que abrió el espacio para las mujeres en el gobierno.
Después fue gobernadora de Tlaxcala, Beatriz Paredes; de Yucatán, Dulce María Sauri; de Zacatecas, Amalia García; de Ciudad de México, Rosario Robles; de Yucatán, Ivone Ortega.
Después de una intensa, larga y permanente lucha por el derecho de las mujeres a votar y ser votadas, se obtuvo hasta el año de 1953. Pasaron 26 años para que la primera mujer fuera electa gobernadora.
Ninguna de estas gobernadoras recibió instrucciones políticas durante sus gobiernos. Pretender en 2023 que la Presidenta de México pueda recibir instrucciones, para gobernar sería un retroceso absurdo, pero también imposible. El camino recorrido así lo muestra.