La Edad de la Razón, que el Hombre alcanzó al cabo de miles de años, podría dar un vuelco dramático con Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos.

Su discurso amenazante y atenazante contra todos cuantos considera sus enemigos, podría hacer declinar las creaciones máximas de la Humanidad.

Con él, la Política, el Derecho y la Diplomacia, están bajo amago.

Sin esos inestimables instrumentos, base de la Civilización y del Estado, el género humano no sería tal. Si los pierde, estará perdido.

Desprovisto de esos asideros, que le permiten vivir en paz y desarrollarse, la rueda de la Historia se detendría y empezaría a girar hacia atrás.

El predominio de la Sinrazón, traducida en hechos como esencia del discurso del próximo líder norteamericano, sería el fracaso total de la inteligencia

En pocos días, cuando asuma el máximo poder del planeta por segunda vez, sus palabras podrían convertirse en acciones y empezar a marcar una Era Oscura para millones de seres humanos.

Esta, como muchas cosas, tienen una doble visión. Para sus beneficiarios, indiscutiblemente es buena. Para los perjudicados es deleznable. Perniciosa. Condenable.

Empero, quien va a decidir el curso de los acontecimientos a partir del 20 de enero, será Donald Trump, el presidente número 47 de la primera potencia mundial.

Él arribará a su cargo con una sola idea: reafirmar al suyo como el país más poderoso de la Tierra.

En sus acciones y decisiones, previsiblemente, no atenderá a ningún límite. Nada será para él un impedimento. Hará cuanto se proponga.

Su discurso de grandeza para Estados Unidos y de más beneficios para sus pobladores, lo justificarán todo.

Sus atrocidades, en cualquier magnitud, allá, no serán motivo de censura.

Serán dignas de alabanza. El combustible de sus locuras. El impulso que las recreará. Las radicalizará. Las multiplicará.

Todo apunta a que obedecerá a una sola motivación: su pueblo. Por éste, hará lo que sea. ¿Cuántos no quisieran tener un presidente como él?

A él le interesa cumplir y quedar bien con sus gobernados. Únicamente.

Lo que digan o hagan los otros, quienes sean, no le alterará el sueño.

Para los demás, y especialmente en lo inmediato para México y Canadá, su anunciada manera de ejercer el poder será descarnada. Cruel. Inhumana.

Se sintetiza en una sola premisa:

“Harán lo que yo quiero. No tienen opción.”.

El mundo sabrá, como en el pasado inmediato mexicano que aún está vigente: “Quién manda aquí”

Con Trump en su segundo mandato, la ética política definida por Aristóteles como la inclinación a hacer el bien, sólo tendrá en cuenta a sus ciudadanos. Ellos, más que felices.

Absolutamente irreprochable.

El bien de los estadunidenses será el mal de los demás.

En esa dicotomía, no cabe esperar apelación a la política, entendida como dialógico. Consenso. Negociación. Transacción. Ganancia para las partes.

La política de Trump para los demás, será: “yo gano todo. Te guste o no”.

Con la palanca del comercio, la migración y las drogas puede conseguirlo. La democracia seguirá siendo su mascarada perfecta.

Todos saben eso. Especialmente sus vecinos al Norte y al Sur.

Y están enterados también sobre otros extraordinarios recursos que tiene a la mano. ¿Lo va a pensar si juzga necesario emplearlos?

Su irracionalidad podría llevarlo a utilizarlos sin miramientos. Sin medida. Sin contemplación.

Extrapolando al Dios Jano con sus dos caras, la buena y agradable (entrada) sonreirá a EU. La terrorífica y espeluznante (salida) mirará indiferente y burlona a los demás.

La diplomacia, en esa línea, se proyecta en la misma tónica.

Nada de arreglos. “Esos los decido yo. Los impongo. Tengo la fuerza para hacerlo. A mi conveniencia. A placer”. Los morenistas lo han hecho. Y siguen.

Por lo tanto, nada de consideraciones. Formas. Refinamientos. Protocolos. Atenciones. Colaboración.  Buena fe. Vecindad. Buena voluntad.

Imperarán sus antípodas: Descortesía. Arrogancia. Desdén. Prepotencia. Altanería. Arbitrariedades. Excesos. Los morenistas conocen esas prácticas.

Emergerán plenas y reinarán la antipolítica. El antiderecho. La antidiplomacia. El antihumanismo. La incivilización. Todas las injusticias.

Comportamiento inequívoco y predecible-despreciable del que sabe que puede. Convencido de que lo puede todo.

Que quiere hacer sentir a cada uno. En cualquier lugar. En todo momento.

Para mandar a la manera como lo hacen los tiranos. Con el resorte del miedo. Con la pistola en la sien del otro.

Con Trump, el Derecho de Gentes, que rige la relación entre las naciones y que las ha salvaguardado muchas veces de la confrontación y las ha llevado a acuerdos históricos de paz y convivencia, estará igualmente amenazado.

Por la ganancia económica, base de su preponderancia, Donald Trump, a como se lo ve que va a gobernar, demolerá el Derecho Internacional.

Para nuestro país será funesto.

Frente a eso, ninguna “preparación” funcionará en el caso de México.

Se estrellará con la realidad.

La arruinará el tsunami llamado Donal Trump.

No importa cuán pensada, fundada, razonable, justificada y correcta sea.

No tiene ninguna viabilidad. Y si la tuviera, sería sumadamente limitada.

Porque:

¿De qué sirve tener un ejército de 2 mil 610 abogados para defender a los indocumentados, como se ufana Juan Ramón de la Fuente, si ante la decisión de deportarlos no habrá ley que aplique?

No habrá Derecho que contenga el arbitrio.

¿Qué ayuda se puede prestar a miles de mexicanos que usen el botón de alerta (pánico), si van a ser deportados sin más?

Nadie podría arrancarlos de las garras de los cuerpos de seguridad estadunidenses.

¿O acaso se protegería en la embajada y los consulados (territorio mexicano) a los compatriotas que EU quiera expulsar?

¿Qué efecto puede tener entre ellos un discurso de unidad, soberanía, independencia, dignidad?

Esas no son cartas con capacidad de arreglo. Excepción. Perdón.

Frente a la irracionalidad, nadie tiene margen de negociación.

Pero la oportunidad es nula cuando hay autoengaño.  Propósito de mentir. Verborragia. Discursos manidos… Palabras vacías.

Línea de Fuego

Donald Trump dice que México está dirigido esencialmente por los cárteles.  Ken Salazar asegura que en nuestro país sí se produce fentanilo. Aquí se tienden cortinas de humo y se niega todo lo que no se ajuste a la visión del número y la letra. El mundo al revés, que alguien se apresta a componer al tiempo que aumentan los temores de más de dos...Uno de los grandes e incuestionables logros del sexenio pasado fue la mejoría de los salarios, que ahora se sigue presumiendo. Pero la pérdida de 405 mil puestos en diciembre pasado, que no se registraba desde hace casi tres décadas para el mismo mes, es un mal augurio… Para Mexicana, todo indica, empezó la picada.

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