El pasado domingo 2 de junio, el proceso electoral le dio el triunfo en las urnas a Claudia Sheinbaum Pardo, que será la primera mujer en ocupar el cargo como presidenta de la República.
El miércoles pasado, el Instituto Nacional Electoral (INE) inició el conteo de cómputos en los 300 consejos distritales en el país, ello, dotará de certeza y legalidad a dichos resultados y que concluirá el sábado 8 de junio.
Al parecer, hasta el momento, Morena llegará a la LXVI legislatura con una mayoría calificada que podría facilitar los cambios que considere necesarios la candidata electa; con la certeza que López Obrador impulsará en septiembre las reformas constitucionales pendientes, escenario percibido por los mercados financieros como una condición que eleva el riesgo país, impactando con una devaluación en el tipo de cambio respecto al dólar americano, así como a la Bolsa de Valores en su conjunto frente a la confianza hacia el nuevo gobierno para atraer inversiones. Quedará en Sheinbaum Pardo y en su equipo cuidar las decisiones en pro de garantizar una buena conducción de la economía y con sustento en el Estado de derecho o da lugar cambios extremos que generen incertidumbre. Veremos.
La doctora Sheinbaum llegará al poder con muchos pendientes generados en este gobierno como: seguridad pública, deuda pública creciente y por supuesto, un sistema de salud trastocado; cuyo pésimo abasto de medicamentos y material de curación, así como de dispositivos médicos registra cifras alarmantes por la falta oportuna en la atención de los pacientes, con notables sobrecostos en las compras públicas debido a la pésima gestión de logística y distribución.
Es fundamental un cambio de enfoque en la compra pública de estos bienes terapéuticos y en el modelo de abasto para cubrir adecuadamente las necesidades institucionales, además de abrir una conversación permanente entre funcionarios y actores de la industria.
ENIFARM 2023: una industria fuerte
El pasado 29 de mayo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), presentó los principales resultados de la Encuesta Nacional de la Industria Farmacéutica 2023 (ENIFARM 2023), la cual fue elaborada en un esfuerzo conjunto con la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA).
La ENIFARM detalla las cifras más importantes que caracterizan a esta industria en sus tres especialidades: medicamentos para uso humano, medicamentos para uso veterinario y dispositivos médicos conforme a la totalidad de empresas establecidas en el país que manufacturan y/o comercializan.
Se trata de mil 190 empresas establecidas en México que generaron en 2022 más de 285 mil empleos directos y ventas totales “exfactory” (valor de fábrica antes de colocar en canales de comercialización) que suman más de 536.5 mil millones de pesos (mmdp). Prácticamente 95% de dichas ventas (508 mmdp) son de carácter nacional y el restante son exportaciones cuyo principal destino son los Estados Unidos. Las importaciones rebasan los 124.5 mmdp provenientes principalmente de Europa y EU.
Este ejercicio estadístico es el primero en su tipo debido a su alcance y se convierte en un importante referente que dimensiona la importancia de esta industria en nuestro país como nunca observado. Tenemos así una industria que contribuye a la economía nacional de manera relevante y que es muy activa en su relación con el comercio exterior, a la vez que aporta con sus bienes terapéuticos en beneficio de la salud de la población.
El estudio se realizó para el periodo 2019-2022. La gráfica 1 muestra la evolución de las ventas exfactory para las tres especialidades. El crecimiento acumulado nominal en el periodo es cercano a 30%. La especialidad de medicamentos de uso humano tiene la mayor participación en valores, seguida por dispositivos médicos y medicamentos de uso veterinario. Es importante señalar que, en el caso de dispositivos médicos, no se contabiliza a la industria maquiladora de exportación al tratarse de un esquema de actividad económica que amerita un análisis distinto, debido a su intenso intercambio con el exterior a través de los clústeres ubicados en el noroccidente del país, principalmente.
La estructura por empresas en el sector se fundamenta en el Sistema de Clasificación de América del Norte (SCIAN), de manera que se identifican 635 empresas que hacen manufactura (31.9%) y mil 355 en comercio al por mayor (no se consideran cadenas de farmacias ni empresas de distribución). Estas últimas primordialmente importan, por lo que complementan la aportación de las empresas manufactureras que también hacen importaciones.
LA ENIFARM no ofrece mayor distinción en valores entre las dos clasificaciones propuestas, por lo que es posible aproximar la estructura del mercado a través del cálculo del consumo nacional aparente (producción -exportaciones+importaciones) solo para el caso de medicamentos de uso humano y veterinario, conforme a datos disponibles de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) relativa a “preparaciones farmacéuticas” más la información de comercio exterior que emite el INEGI mensualmente. Véase gráfica 2.
Sugiere que la producción dedicada a cubrir las necesidades totales es de 57% a 58% según el cálculo sugerido, donde las importaciones han incrementado su participación desde 2018, como lo confirma la gráfica 2.
Se trata de una industria fuerte establecida en nuestro país desde hace varias décadas y que ha logrado cubrir las necesidades del sector público de salud en más del 90%, según evidencian las auditorías INEFAM© en relación con las compras consolidadas bajo los esquemas de licitaciones abiertas internacionales que han sido promovidas por el gobierno federal desde 2019, de manera desmedida.
El próximo gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum enfrentará un reto mayúsculo en el abasto de medicamentos y dispositivos médicos que registra cifras alarmantes y genera alto impacto negativo en la atención de los pacientes, con notables sobrecostos en las compras públicas debido a la pésima gestión de la logística y distribución que se ha vivido. Es fundamental un cambio de enfoque en la compra pública de estos bienes terapéuticos y particularmente con modelo de abasto para cubrir adecuadamente las necesidades institucionales en donde resulta un pilar fundamental la colaboración entre el gobierno con los proveedores en el corto plazo.
La CANIFARMA ha impulsado la estrategia “Abasto al 100” como se destacó en el artículo anterior, para resolver en los primeros 100 días de gobierno el abasto de las claves de medicamentos de mayor consumo a nivel institucional. Las evidencias de la ENIFARM fundamentan la certeza de una industria farmacéutica con capacidad de resolver en producción y en el aprovisionamiento necesarios lo que le permite tomar un papel prioritario en favor del urgente cumplimiento pleno del derecho a la salud.
Director general de INEFAM