Nearshoring refiere a la estrategia empresarial de trasladar operaciones o servicios a un país cercano, en este caso México en su relación con los Estados Unidos, en lugar de hacerlo en países más lejanos como Asia. Esta tendencia ha cobrado relevancia debido a varios factores, como la proximidad geográfica a Estados Unidos, los acuerdos comerciales favorables (como el T-MEC), la disponibilidad de mano de obra calificada y costos operativos competitivos. La pandemia de COVID-19 mostró, también, la necesidad de cadenas de suministro más resilientes y cercanas.
En el caso de la industria farmacéutica establecida en México, tal condición representa una oportunidad de enorme potencial y que demandará la capacidad de proveer aquel país, que representa el mercado farmacéutico más grande del mundo, no solo productos terminados, sino también en la urgente y necesaria producción de farmoquímicos para asegurar la suficiente cobertura regional, del cual México debe verse plenamente beneficiado no solo por el desarrollo económico de la industria, sino en su capacidad para atender de mejor manera las necesidades del sector salud.
Las ventajas de la relocalización de la producción de fármacos y potencialmente de farmoquímicos son diversas:
- Proximidad Geográfica: Reduce tiempos de transporte y facilita la comunicación y colaboración.
- Acuerdos Comerciales: México tiene varios tratados comerciales que facilitan el comercio, especialmente el T-MEC que brinda de entrada diversas facilidades.
- Mano de Obra Calificada y Competitiva: la industria se caracteriza por su personal talentoso y diversificado, cuyos costos laborales son competitivos.
- Infraestructura Sólida: México cuenta con una infraestructura de transporte y logística amplia y con experiencia en la relación comercial regional.
Son diversos los sectores que se han beneficiado en las últimas décadas y que podrán potenciar la relocalización, como el sector automotriz, la electrónica y la misma industria de dispositivos médicos, cuyo desempeño debe conocerse y tomar, de ahí, las buenas prácticas.
Industria Farmacéutica como exportadora en México
La industria farmacéutica en México es una de las más importantes de América Latina, tanto en términos de producción como de consumo, a pesar del comportamiento errático del mercado público, ha sabido mantenerse y ampliar sus capacidades productivas en los últimos años, particularmente al ir a contra ciclo ante la pandemia por la Covid-19, al mostrar amplias posibilidades de atender las necesidades sanitarias requeridas en esos años.
Las cifras más recientes recabadas por el Instituto Farmacéutico (INEFAM) respecto a esta industria, denotan una capacidad de producción superior a los 6.8 mil millones de piezas, en tanto que utiliza el 70% en producción, para atender el mercado local como de exportación.
Su vocación para exportar se ha ampliado de manera notable gracias a que mantiene y ha mejorado sus condiciones para el cumplimiento regulatorio, así como los estándares de calidad a nivel internacional. No ha sido exenta de los problemas en la cadena de suministro, particularmente de farmoquímicos provenientes de India y China, condición que también impacto al sector en otros países, por lo que es una importante oportunidad para el desarrollo local que podrá demandar inversiones para ampliar capacidades en la generación de esos insumos básicos y ampliar los eslabones en beneficio de la región norteamericana.
El alto dinamismo con el exterior de esta industria se registra en dos momentos: comportamiento “general” y por el programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX), impulsado desde hace varias décadas por la Secretaría de Economía (SE) en conjunto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) -que dota de una serie de beneficios fiscales en el valor agregado generado gracias a la mano de obra ocupada- arroja cifras relevantes a estudiar para los años 2019 a 2023, como se destalla en la tabla 1.
Al integrar ambas vertientes, “general” como de “IMMEX”, permite observar lo siguiente: las importaciones de producto terminado provenientes de otros países, particularmente de Estados Unidos de América y Alemania, tuvieron un crecimiento acumulado del 30% entre los años señalados, para cerrar en 2023 en 115 mil millones de pesos (mmdp). En contraste, las exportaciones mantuvieron una evolución con altibajos y cerró en el último reportado en los 37.8 mmdp, lo que significa una balanza comercial deficitaria superior a los 76.7 mmdp, lo que significó un crecimiento de más de 20 mmdp respecto a 2019, es decir, más 36%.
El mercado “general” es decir, aquel que excluye el programa “IMMEX”, es deficitario por más de 86 mmdp en 2023 y explica el comportamiento señalado en líneas anteriores. Las exportaciones lograron crecer cerca de 20% entre 2019 y 2023 para registrar más de 24 mmdp en este último año, en tanto que las importaciones superan los 111 mmdp. Es razonable considerar que los flujos de comercio en esta vertiente ocurren debido a las dinámicas de los mercados específicos donde participan las empresas para atender esas necesidades, sin que ello represente relación directa entre los flujos
En cambio, bajo el programa IMMEX, donde existe plena relación entre las importaciones y las exportaciones, el superávit observado en los dos últimos años es cercano a los 10 mmdp y fundamenta que con los suficientes apoyos y una vocación más desarrollada a la exportación a partir de los insumos requeridos del exterior, la derrama económica se puede ver muy favorecida con amplias posibilidades de crecimiento en su relación con los EU e incluso con Canadá, ante la urgente necesidad de atender faltantes de medicamentos y ante las políticas de limitar la entrada de estos bienes terapéuticos de China, particularmente.
La pandemia por Covid-19 impulsó particularmente la vocación exportadora de las empresas de capital mexicano. Con fundamento en cálculos propios, el valor de las exportaciones de éstas pasó de 3.78 mmdp a 7.04 mmdp entre 2018 y 2022, como se muestra en la gráfica 1. El crecimiento acumulado fue de 46%. Su participación pasó de 15% a 27% entre esos mismos años.
Se trata entonces de impulsar una vocación que fue impulsada por diversas circunstancias externas a las cuales la industria estuvo a la altura de las posibilidades, dentro como fuera del programa IMMEX. La certeza para mantener esta ruta a la exportación en relación con América del Norte debe impulsar mayores inversiones en planta, en desarrollo de productos y la generación de farmoquímicos de manera estratégica. Es del todo beneficioso para las partes, no solo empresarial, sino los mismos gobiernos que pueden definir aquellos medicamentos esenciales y prioritarios con producción local.
Un gran ejemplo se identifica en dispositivos médicos, con y sin IMMEX mantiene una balanza comercial superavitaria que superó al cierre de 2023 mas de 354 mmdp. El programa IMMEX representa el 62% de la actividad comercial, donde mantiene fuertes vínculos con las necesidades de EU y, por lo tanto, este sector muestra un relevante desarrollo regional por “antonomasia” desde los años 70 del siglo pasado, lo que explica los impactantes resultados mostrados en la tabla 2, donde esta industria es pionera en lo que ahora se denomina “nearshoring”. Las oportunidades son amplias, y queda en manos de la industria como de las instituciones públicas impulsar a un sector prioritario y estratégico tanto económico como sanitario.
Si el lector está interesado en conocer detalles de la exportaciones e importaciones de medicamentos que tiene México con otros países en los últimos años, dejamos aquí un par de gráficas dinámicas que muestran la evolución mensual desde 2018.
Importaciones de medicamentos: https://public.flourish.studio/visualisation/12914965/
Exportaciones de medicamentos: https://public.flourish.studio/visualisation/12914928/
Director General del Instituto Farmacéutico (INEFAM)