1.“Comes y te vas.” ¿Por qué México dejó de mirar hacia el sur de nuestra América, la América Latina que anida en el estruendoso y bellísimo, mineral y marino Canto General de Pablo Neruda, en la adolorida relación de los hechos de la Conquista y demás de Las Venas Abiertas…, de Eduardo Galeano, en los Antipoemas eléctricos, sorpresivos, de Nicanor Parra, en el ciervo herido de José Martí o en la locura mexicana de Roberto Bolaño?

Las razones sobran: el frenesí neoliberal de finales de los 80 que con la instalación exitosa de la guerra del Mercado vs. el Estado nos condujo al TLC, cuando nuestra mirada comenzó a centrarse obsesivamente en los Estados Unidos y Canadá; el hecho clave de que durante la ola de gobiernos socialistas en América Latina, México fue conducido por una recalcitrante derecha política cuya entraña logró plasmarse en el penoso “comes y te vas” de aquél presidente que calzaba botas, víboras prietas y tepocatas; en la pérdida del atractivo político internacional latinoamericano que sobrevino con el final de las dictaduras del Cono Sur y, como correspondencia, en el surgimiento de Europa del Este como el nuevo centro de la atención mundial; los saldos del incesante bloqueo norteamericano a Cuba, que poco la iría desdibujando como el faro cultural que siempre fue para los latinoamericanos desde la irrupción revolucionaria de Fidel y el Ché. No obstante que durante décadas la diplomacia mexicana supo manejar hábilmente las presiones de Washington respecto de sus posiciones latinoamericanas y de sus cercanías con el régimen cubano, poco a poco, hasta llegar a la incómoda tortícolis, no dejamos de mirar y remirar mecánicamente al norte.

2. El Programa de Diplomacia Cultural/Mirar al Sur 2019-2020. Ahora que México tiene un gobierno socialmente progresista, la mirada, después de detenerse en las prioridades políticas y sociales planteadas por Centroamérica, ha comenzado a situarse en el territorio todo de América Latina, Cuba y el Caribe. En menos de un año, ocho Jefes de Estado han venido a México, veintiún embajadores y cónsules han sido nombrados en la región para fortalecer las relaciones bilaterales a partir del énfasis en la dimensión social del gobierno y, en 2020, México presidirá la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla y, al siguiente año, encabezará la Alianza del Pacífico.

En material cultural también hay muy buenas noticias de este regreso renovado y resuelto a América Latina. A principios de diciembre próximo, la Dirección Ejecutiva de Diplomacia Cultural comenzará a llevar a los lectores mexicanos e hispanoamericanos, los primeros cinco títulos de la que será la Biblioteca de Literatura Centroamericana, a la que seguirán, en el 2020, la Biblioteca de Literatura Sudamericana y la Biblioteca de Literatura Cubana y del Caribe, las tres dirigidas por el prestigiado escritor Philippe Olé Laprune. Los títulos de la primera son: la novela de Roque Dalton, Pobrecito poeta que era yo; Luna Park, de Luis Cardoza y Aragón; Poesías y prosas, de Juan Ramón Molina, La insurrección solitaria y Varia, de Carlos Martínez Rivas, y, de Carmen Lyra, Bananos y hombres.

Con esta propuesta editorial se iniciará el Programa de Diplomacia Cultural/Mirar al sur, 2019-2020, con el que México, sin dejar de mirar al norte, al norte de nuestras comunidades de migrantes sobre todo, buscará recuperar la mirada que nunca debió abandonar. Aunque en este retorno buscaremos más la inspiración en la nostalgia por lo que viene, por el futuro (saudade en portugués) que en la melancolía o morriña del pasado.



Poeta e historiador. Director Ejecutivo de Diplomacia Cultural en la SRE

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