I. Homenaje
El día de mañana se cumple el 5º aniversario del fallecimiento de Manuel Camacho Solís (1946-2015), demócrata en un país de hondas resistencias autoritarias, a quien Willy Brandt, el viejo Canciller de Alemania definió un día como el prototipo ideal del político: “un hombre de principios, con el suficiente pragmatismo para hacerlos posibles”.
Con Manuel, a lo largo de los 40 años en los que fui su amigo y compañero de aspiraciones y proyecto, aprendí que en la política como en la vida uno no puede ir en contra de su propia trayectoria. Murió congruente, jamás habría de traicionar principios, afectos o acuerdos. Como vivió, al final, la derrota y la persecución infame, muchos mexicanos de hoy no saben de su vida, de sus causas, de lo que tanto aportó para la transformación de México. De su libro La Encrucijada, y después del antiguo régimen, qué?, (México, ed. Océano, 2001, 263 p.), seleccioné algunos momentos de la cronología política que elaboró el propio Camacho. En ella quedan de manifiesto su grandeza y su pasión política por México.
II. Autorretrato del demócrata
Primero exploré, hasta sus últimas consecuencias, el proyecto de reformar el sistema por dentro. Después, la manera de hacer un cambio pactado sin ruptura. Y, al final, la forma de propiciar la unión de la oposición que hiciera inevitable el cambio.
-1965: Cuando Carlos Madrazo habló de democratizar al PRI, ingresé a este partido.
-1968: Como a muchos jóvenes, me marcó el movimiento estudiantil, el choque entre nuestros ideales y el orden político autoritario. Esta experiencia me llevó a escribir mi primer ensayo sobre la necesidad de transformar al país.
-1971: Entusiasmado por los cambios que se estaban dando en América Latina, recorro todo su territorio trabajando como periodista.
-1977: Poco después de lanzarse el proyecto de Reforma Política de Jesús Reyes Heroles, que ponía fin a la guerra sucia e impulsaba la democracia, dejé la vida académica por la administración pública. Me tocaría en adelante recorrer el mapa de las dificultades y
conflictos, pronunciándome siempre por el diálogo, luchando contra la exclusión autoritaria.
-1986: Como Secretario de Desarrollo Urbano y Ecología, atendí en horas muy difíciles a los damnificados de los sismos de 1985, impulsando el plan de reconstrucción de vivienda y de la capital de la República a partir de una estrategia de concertación democrática con los afectados y la sociedad civil.
-1988: Impulso al diálogo para evitar la violencia y la crisis constitucional después de las elecciones del 6 de julio.
-1989: Como Regente del Distrito Federal, di respuesta a una grave crisis ambiental y creamos las condiciones para la solución negociada del conflicto magisterial y a las huelgas, paros, marchas y plantones de los más diversos orígenes. Goberné la ciudad de con una política de consensos.
-1993: Sucesión presidencial y choque con la ortodoxia del PRI y Carlos Salinas.
-1994: EZLN, Chiapas. Me correspondería cambiar la política inicial del gobierno de exterminar a los sublevados, por una estrategia fundada en los hechos de concordia que llevó al cese al fuego y al parteaguas de los Diálogos de Paz de San Cristóbal.
Mi estancia en Chiapas y los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu me llevarían a luchar por las reformas fuera del sistema y despertar mi desconfianza final hacia este.
-1995: Mi ruptura con el régimen y mi renuncia al PRI me hicieron sentir el ostracismo y un hostigamiento brutal.
-1996-2000: Pensé construir un nuevo partido político, impulsé una alianza opositora y conocí las dificultades de realizar una campaña presidencial teniendo en contra al presidente (Ernesto Zedillo Ponce de León) y al expresidente (Carlos Salinas.)
Al final de este recorrido, puedo decir que no tengo cuentas que ajustar con nadie.