1.Añorante de su pasado, del tiempo ido no hace mucho, quizás desde que los votos que se creían perpetuos se esfumaron en seis alcaldías de la capital (ay Clau). Meditabundo, invadido por el ensueño de recordar que una muchedumbre festiva y vividora le solía llevar en andas como monarca mandón y feliz por el zócalo. Y él, altivo y gozón, alborozado, radiante, sin la incómoda banda presidencial a cuestas, porque, sí, le pesaba sobre todo el mandato.
2. Concentrado en las glorias pasadas, en la evocación de sus grandes y prometedores días como los de 1988, cuando el rey se alista con el visionario Cuauhtémoc Cárdenas para procurar el poder fuera del PRI.
3. Como en el mismo 88, cuando el rey de voz aguda o tipluda, juega a las vencidas por la gubernatura de Tabasco. Como en 1991, cuando se planta por vez primera en el zócalo con el Éxodo de la Democracia. Entre 1996 y 1999, el ahora el rey triste y temeroso, edifica, como presidente del PRD, su prestigio como gladiador electoral pues convierte a su partido en la segunda fuerza de la cámara de diputados, gana la jefatura de gobierno con su todavía aliado C. Cárdenas y la mayoría en la asamblea del D.F., sin olvidar las gubernaturas de Zacatecas, Tlaxcala y Baja California Sur. Un calzonudo y verdadero ganador que en 2004 y 2005 se impone, desde la jefatura de gobierno del D.F., a las patrañas tepocatas de Vicente Fox, apuntando sus ambiciosos arcabuces hacia la silla del águila donde una serpiente simbólica y justiciera, suele devorar despiadada a ciertos fallidos presidentes.
4. 2006: Comienza el calvario, su calvario, que durará doce años de campamentos, marchas, reclamos, enojos y rencillas, debido a “el haiga sido como haiga sido”, que precipitó el fracaso temprano y el debilitamiento paulatino de su proyecto político. ¿Por qué? Porque para el rey coronado en 2018 este importante triunfo pareció más bien una derrota pues Él, actuando como un Hulk abandonado y ocioso, se dedicó desde entonces a malgastar su agenda en la invención de enemigos o conspiradores a quienes cada mañana, sin falta, lanza el Caterpillar abusivo del poder.
5. De 2018 al día de hoy, la decadencia del otrora incendiario dragón, es más que evidente. Una vez esfumados los votos morenistas en la capital (ay Clau), una tarde de ocio el rey ya casi sin corona se inventa un nuevo jueguito, el de las corcholatas, que una temible senadora X vendría a perturbar con determinación.
6. ¿Qué sigue? ¿Un cambio de baraja, de corcholatas, de condiciones legales? ¿Trepar bien resguardada y calladita, a Clau en la candidatura Caterpillar y, por si las moscas, terminar de capacitar y presentar al país a Adán López como posible presidente interino constitucional?
7. El carnaval está a punto de continuar en su forma más expuesta y riesgosa.
8. Y ¿qué tendrá el rey feo? ¿Nostalgia por el futuro? No, La historia del futuro siempre le ha sido ajena.
9. El rey feo está triste, ¿qué tendrá el rey feo?
10. “El año viene mal para los trigos / me dijo el campanero esta mañana” (López Velarde.)
11. Y sí, ya se dejan sentir los huracanes y la gritería violenta y oscura de las chachalacas.