1.En vano te busco para no perderte, don Pablo, en la flor grande y bella, verdadera, en la mazorca sabia y digna que supo estar y luchar tanto tiempo en el maizal oscuro de este país del deshonesto rencor mañanero que nos asfixia ahora. Porque ahora que has muerto a los ciento uno prodigiosos, anochezco en Chapultepec pleno de consternación. Hurgando en tu legado, desde tus ideas relámpago sobre la literatura perseguida de Colonia de 1958 hasta tu presencia con el EZLN en los Montes Azules, el quebranto, don Pablo, que a veces pareciera ser lo único que nos queda, no encuentra sombra que lo alivie. 2. Porque el país que creció en la idea democrática que tanto impulsaste hoy vive, si es que vive y late tanto como le amamos, zarandeado y expuesto por los gallinazos autoritarios del poder desde Palacio. 3. Me habría gustado mucho, don Pablo, don Pablo González Casanova (1922-2023) alcanzarte, como alguna vez lo hice, en la Torre II de CU, para preguntarle al historiador que creció en ti si la rapiña, los radicalismos y los golpes crecientes e intestinos en México no prefiguraban hoy un desenlace, al menos unos años o meses bastante amargos como los que padeció China en la sangrienta disputa por el legado de Mao protagonizada por la Banda de los Cuatro y su cuarta esposa, la torpe y temible Jian Qing, que un día quiso ser actriz pero terminó descarrilando la Revolución Cultural. Nada más. 4. Creo que no me habrías hecho caso, don Pablo, y que después de tu afectuosa sonrisa me preguntarías por mi
investigación sobre el liberalismo social que por entonces me ocupaba. 5. En vano, después de mirar la foto que te dedican este día casi todos los periódicos de mi patria, de recorrer tus arrugas amables, muy características del guerrero en paz que siempre fuiste, voy al viejo librero para aliviarme un poco, tratando de encontrarte no en tu libro sobre la democracia en México que leímos tantos de los que peregrinábamos por el camino de utopía, sino en tu escrito magistral sobre la Inquisión colonial. 6. “Como autores -escribiste- los mexicanos produjeron una literatura contraria al mundo antiguo. Esta literatura surgía de entre los criados, los clérigos, los médicos, soldados y gente del pueblo. Unas obras eran de los poetas de los gremios, que de años atrás componían los villancicos y loas para que los echaran en las ceremonias religiosas o políticas, otras eran de los poetas de baratillo, de esos que llevaban en una cesta las canciones, para ponerlas a la venta en los mercados, otras más eran de poetas, cuentistas, y ensayistas, de alguna cultura académica. La Inquisición los perseguía, los asechaba, a veces inútilmente.” 7. Para mala fortuna nuestra, una suerte de inquisición, presidencialista y alevosa, persigue con todos sus instrumentos poetas, mujeres, empresarios, historiadores, periodistas. Pero será en vano, don Pablo, porque la crítica y las ideas y no la cháchara mediocre y declinante del “bienestar”, están ya en nuestro porvenir. 8. En vano busco refugio a mi tristeza y voy a Nezahualcóyotl: “Dejemos al menos flores,/dejemos al menos
cantos/Acaso en vano venimos a vivir? 9. Adiós ave luminosa, adiós.