Creo que un mucho mejor México es posible, pero sólo si tenemos educación de calidad y adecuada a las necesidades de estos tiempos, desafortunadamente la educación de nuestro país no responde a las necesidades actuales de las personas, las comunidades y el país. Por ello quiero que transformemos la educación y que reciba la máxima prioridad que merece.

La diferencia entre un país que da buena educación y uno que no, es tan grande como la de países de diferentes siglos y el verdadero amor hacia los mexicanos debe demostrarse con educación de calidad para sus hijos. El gobierno de México debe obsesionarse con mejorar la educación en nuestro país.

Además, debemos obsesionarnos con que la educación sea el principal factor para reducir la desigualdad social, que todos los niños reciban las mismas oportunidades educativas y de salud para que lleguen a ser quien ellos elijan.

El próximo martes 24 de enero es el Día Internacional de la Educación y quiero aprovechar la fecha para compartirles algunas de las reflexiones que he construido después de entrevistar a muchos expertos en educación para el programa Ahora Futuro; México y el Mundo y del tiempo que estuve al frente del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey.

Para empezar, las nuevas inteligencias artificiales y la digitalización de la economía suponen una gran oportunidad para los mexicanos pero también un gran reto.

Todo lo que pueda ser digitalizado y automatizado será automatizado, eso implica una muy fuerte destrucción de empleos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos estima que en los próximos siete años desaparecerán ocho de cada diez de los empleos más demandados en la actualidad. ¿Estamos los mexicanos preparados para esta destrucción de empleos?

Por otro lado, la innovación tecnológica nos permitirá crear más empleos y mucho mejor pagados, mejores servicios de salud, mejor alimentación, más seguridad, mejor entretenimiento y en general, un mayor nivel de vida.

Pero para aprovechar las ventajas del progreso tecnológico México está obligado a transformar su sistema educativo y a dotar de habilidades en el área STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) a la mayoría de su población, especialmente entre las mujeres cuya participación en estos temas es menor.

El estudio de STEM ha sido tradicionalmente rechazado por la mayoría de los alumnos en México y esto tiene que cambiar, porque enseñarle algo a alguien que no quiere aprenderlo es infinitamente más caro, difícil y mucho menos útil que enseñarlo a alguien motivado por aprenderlo.

Si no estás dispuesto a aprender nadie te puede ayudar, pero si estás dispuesto a aprender nadie te puede parar. En internet podemos estudiar de forma asequible casi todo lo que queramos y una vez que estamos decididos a aprender los mexicanos podemos hacer cosas increíbles, incluso transformar al mundo.

Los estudios de nuestro compatriota Mario Molina, y sus compañeros, cambiaron al mundo al mostrar como los clorofluorocarbonos estaban erosionando la capa de ozono y en todos lados dejamos de usarlos, ahora la capa está en camino a recuperarse.

Debemos dotar a los profesores, las familias mexicanas y a las escuelas de las herramientas y las condiciones necesarias para que logren que cada alumno encuentre áreas del conocimiento que le apasionen, cuáles son sus habilidades y retos que los motiven a nunca parar de aprender para que sean quienes deseen llegar a ser, además de que hagan un aporte positivo a la sociedad.

En esta sociedad de un cambio tecnológico muy rápido, necesitamos aprender y actualizarnos a lo largo de toda nuestra vida.

Por ello la educación también debe ser mucho más atractiva para cada mexicano. Debemos transformar este sistema que, por el sólo hecho de tener la misma edad, nos enseña lo mismo y al mismo tiempo sin importar nuestras inquietudes y el contexto que es muy diferente para cada estudiante.

Vamos a ayudar a los profesores y padres de familia para que cada estudiante pueda aprender a su ritmo, de forma más flexible y con retos adecuados para sus necesidades.

Confucio dijo "Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo", es cierto, y por ello vamos a hacer la educación más experiencial, donde se aprenda por proyectos. De hecho en muchas empresas ya no contratan gente por los títulos y diplomas que tiene, sino por las habilidad que demuestra en los proyectos en los que ha trabajado.

No vamos a formar estudiantes víctimas de sus condiciones, los vamos a empoderar para que resuelvan todo reto que enfrenten en sus vidas, porque la educación no es para pasar bien el año, sino para pasar bien la vida y para hacer de este mundo un lugar mejor.

La educación permite conocerse a uno mismo a lo largo de la vida, convivir en sociedad en forma pacífica y colaborativa, y adquirir habilidades para trabajar y vivir dignamente.

Creo en la educación para mejorarlo absolutamente todo en la sociedad con creatividad, con innovación y con conocimiento.

Pero también estoy convencido que México ha tenido maravillosos profesores y profesoras que han transformado para bien la vida de millones de mexicanos a pesar de que no los hemos dotado de las herramientas, los salarios y las prestaciones que merecen para hacer un mejor trabajo.

Por ejemplo, el gobierno actual les destina en promedio 50 pesos al año por maestro para su formación y capacitación ¿así cómo quieren tener mejores resultados? De nada sirven esos 50 pesos.

Vamos a apoyar a nuestros maestros con hechos, no con palabras, pues son uno de los pilares de nuestra sociedad.

La prosperidad de las familias y la calidad de vida en sociedad dependen de un mejor sistema educativo y por ello vamos a transformar nuestra educación, porque creemos que es el camino para construir un mucho mejor México que sabemos que es posible.

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