Existen 40 países donde las energías renovables ya han logrado cubrir más del 70% de la demanda eléctrica, incluso algunos de ellos son países petroleros, lo que ha desmentido varios mitos.

Angola, Canadá, Noruega, Ecuador y Estados Unidos producen más petróleo por habitante que México, al mismo tiempo, generan un menor porcentaje de su electricidad con combustibles fósiles. Tener petróleo no es pretexto para frenar el desarrollo de las energías renovables.

11 países generan toda su electricidad con fuentes renovables, mientras que en México producimos 10% de la electricidad con el sol y el viento, y otro 10% con plantas hidroeléctricas; tenemos mucho espacio para crecer.

De los 40 países que producen la gran mayoría de su electricidad con fuentes renovables, algunos generan buena parte de su electricidad con el viento, como Dinamarca o Lituania.

Otros producen la mayor parte de su electricidad con plantas hidroeléctricas, como Costa Rica, Georgia, Islandia, Colombia, Brasil o Canadá.

También hay zonas con alto porcentaje de energía solar como Palestina, Namibia y Luxemburgo.

Algunos de los países con alta dependencia a las energías renovables están en vías de desarrollo, como Uruguay, Bután, Etiopía, Paraguay, Nepal, Tayikistán, Panamá y Uganda.

Otros ya son países desarrollados como Nueva Zelanda, Dinamarca, Islandia o Austria.

Adicionalmente, hay países como España, Reino Unido, Grecia, Finlandia o Portugal que han generado, por momentos, el total de su electricidad mediante fuentes renovables.

Finlandia llegó a producir tanta electricidad de fuentes renovables en mayo de 2023, que sobrepasó la demanda eléctrica, lo que provocó que pagara a sus ciudadanos por consumir más electricidad en lugar de cobrar por ella, ya que toda la electricidad que se produce debe ser consumida o almacenada para mantener la estabilidad del sistema.

Por cierto, el almacenamiento de la electricidad es otro de los grandes ataques contra las energías renovables. Se dice que almacenar la energía sobrante es muy caro todavía, no obstante, vemos cómo los precios de almacenamiento siguen cayendo.

Por ejemplo, el costo de las baterías para los vehículos eléctricos ha caído 90% desde 2008 y seguirá bajando, especialmente conforme aumente la innovación en industrias como el hidrógeno.

El hidrógeno es un gran material para almacenar energía, como el petróleo y el gas natural, pero a diferencia de estos combustibles fósiles, el hidrógeno no contamina nuestro aire al ser usado para producir electricidad.

De hecho, el hidrógeno es más eficiente que la gasolina, triplica la capacidad de producir energía de la gasolina. El problema es que la obtención de hidrógeno solía ser muy cara o tenía que producirse quemando combustibles fósiles contaminantes, lo que hacía que perdiera su atractivo medioambiental.

Ahora es posible usar energías renovables para producir hidrógeno y así almacenar de forma segura la energía. Hay inmensas cantidades de dinero mejorando la industria del hidrógeno y, antes de que nos demos cuenta, estará muy presente en nuestras vidas, especialmente en aviones y camiones de carga.

Algo similar sucede con los vehículos eléctricos e híbridos. Es común escuchar que falta mucho para que esa tecnología sea funcional, pero la realidad es que ya no falta tanto.

Uno de cada tres vehículos nuevos que se venden en Finlandia son eléctricos o híbridos, uno de cada cuatro nuevos vehículos en Suiza también son eléctricos.

En Noruega, ocho de cada diez vehículos que se venden son eléctricos o híbridos, cuatro de cada diez lo son en Dinamarca y en México sólo cinco de cada cien son eléctricos o híbridos.

Lo más interesante es que, en pocos años, las principales marcas venderán únicamente vehículos eléctricos y actualmente hay una competencia por lograr crear vehículos eléctricos de entre 5 mil y 20 mil dólares, un precio muy asequible.

Tomando en cuenta que son vehículos con 70% menos piezas que los vehículos de combustión interna, y que por lo mismo su mantenimiento es mucho menos costoso, en poco tiempo se volverán una opción muy atractiva.

El mundo se hace cada vez más eléctrico, de hecho, debemos multiplicar por tres nuestra capacidad de generación de electricidad en los próximos 30 años y, al mismo tiempo, debemos cerrar muchas de las plantas eléctricas que funcionan con combustibles fósiles por el calentamiento global.

Todo esto significa que la inversión que se hará en los próximos 30 años en energías renovables será monumental. En México se podrían crear, cada año, 800 mil empleos, muy bien pagados, únicamente por el sector de las energías renovables.

La evidencia es contundente, debemos apostar por las energías renovables, así lo haremos en la próxima administración y de la mano de las y los ciudadanos mexicanos.

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