La violencia es el último recurso del incompetente.
Isaac Asimov
México enfrenta una crisis de violencia que nos hace vivir entre homicidios, desapariciones, extorsiones y territorios controlados por el crimen organizado. La raíz de este problema es profunda y multifacética, pero también está arraigada en una cultura que glorifica la agresión como una muestra de fuerza desde la niñez, donde se otorga respeto y reconocimiento al violento, lo que fomenta el bullying y provoca una terrible normalización social de la violencia.
Para salir de esta crisis, inevitablemente tenemos que combatir el bullying y por ello, hoy quiero compartirles algunas reflexiones de dos promotores de la Cultura de la Paz y el combate al bullying, Reyna Monjaraz, Directora General de la Fundación en Movimiento, A.C. (FEM), y Adriano Numa, escritor y productor.
México ocupa el primer lugar mundial en acoso escolar y el quinto en suicidio infantil y adolescente relacionado con el acoso. Siete de cada diez menores en México han sido víctimas de bullying.
Reyna ha expuesto que estamos ante un caso de bullying cuando se cumplen las "3 C": Constante, Contra alguien y Con intención. Estas características lo diferencian de otros tipos de conflictos y resaltan la seriedad del problema.
El bullying no es un juego; tiene el potencial de cambiar vidas de manera profunda y negativa. Algunas víctimas se terminan alejando de la escuela, desarrollan comportamientos antisociales o se vuelven victimarios como una forma de venganza.
Las redes sociales han amplificado el impacto del acoso escolar, exponiendo a las víctimas a humillaciones públicas vistas por millones de personas.
FEM, propone un método para combatirlo, un enfoque integral que involucra a padres, maestros y alumnos en la educación para la paz. Este método enseña que hay que respetar la dignidad de los otros seres humanos, y no únicamente aguantarnos el deseo de dañarlos. Crear círculos de paz y fomentar vínculos entre padres y alumnos son estrategias clave para abordar la violencia desde sus raíces y promover valores desde la primera infancia.
Adriano Numa trabaja en la creación de obras artísticas que inspiran y comunican de forma muy efectiva y emotiva, ideas tan importantes en el combate al bullying como el hecho de que denunciar la violencia es esencial; y que el silencio y la complicidad solo agravan el problema, ya que los agresores se sienten gratificados cuando su comportamiento es aplaudido o ignorado. Por ello, es vital fomentar una cultura de denuncia y valentía, donde el reconocimiento social no provenga de actos violentos, sino de acciones justas y pacíficas.
Además, debemos fomentar la empatía, que constantemente nos pongamos en los zapatos de las personas que nos rodean y las que se cruzan en nuestro camino, pues así será más fácil entenderlos y reduciremos el rencor hacia los demás.
También, nos recomienda Reyna enseñar a nuestros hijos a ser resilientes, que sepan manejar una situación adversa y que tengan más tolerancia a la frustración porque todos vamos a enfrentar varias situaciones difíciles en nuestra vida y es importante que sepamos cómo actuar y cómo levantarnos para seguir adelante.
Por otro lado, también es muy importante combatir el mobbing, o acoso laboral, que afecta a muchos adultos en el entorno de trabajo. A diferencia del bullying, que suele ocurrir entre pares, el mobbing puede ser ejercido por superiores jerárquicos y es menos visible. Además, es más difícil escapar del mobbing ya que muchos trabajadores no se pueden permitir el dejar de recibir su salario porque es el sustento de su familia, esto sumado a que como adultos muchas veces es más difícil aceptar que somos víctimas de violencia y que necesitamos ayuda, por lo que es común vivir el mobbing en silencio.
Es fundamental que las empresas implementen protocolos y capacitaciones para manejar casos de mobbing, no podemos permitir la improvisación cuando conozcamos de un caso, debemos prepararnos.
Combatir la violencia en México requiere un esfuerzo colectivo y sostenido, desde la educación temprana hasta el ámbito laboral. Solo a través de la promoción de valores como la empatía y el respeto, la denuncia activa y el fomento de la resiliencia podemos aspirar a construir una sociedad más justa y pacífica.
No podemos permitir que la violencia siga siendo aceptada y normalizada. Erradiquemos juntos la violencia desde sus raíces porque nos merecemos un mucho mejor país.