La prioridad del próximo gobierno debe ser eliminar la pobreza extrema, qué más mexicanos salgan de la pobreza y aumentar la movilidad social.
La movilidad social se refiere a la posibilidad de las personas de cambiar su estatus socioeconómico, es decir, que con su esfuerzo puedan mejorar sus condiciones de vida.
No obstante, nuestro entorno es muy importante. Además de nuestro esfuerzo, necesitamos que haya suficientes oportunidades y los obstáculos en nuestro camino no impidan que podamos progresar.
74% de los mexicanos que nacen en pobreza permanecen en esa condición toda su vida, esta inmovilidad social tan grande es un reflejo de la falta de oportunidades que hay en nuestro país.
Peor aún, 9 de cada 10 mexicanos que nacen en pobreza en el sureste, se quedan para siempre en pobreza, algo que es completamente inaceptable.
En cambio, en el norte del país 5 de cada 10 mexicanos que nacen en pobreza logran superarla, lo que expone que hay una gran disparidad en las oportunidades entre el norte y el sur del país.
Por otro lado, sólo 5% de los mexicanos que tienen padres sin estudios logra tener estudios de nivel profesional, algo preocupante porque hay una clara relación entre estudios e ingresos, mientras más bajo es el nivel de estudios hay menores ingresos en México.
Finalmente, quiero resaltar que las mujeres que viven cerca de centros de cuidado infantil tienen casi el triple de probabilidades de superar la pobreza, pues tienen más probabilidades de salir a trabajar mientras sus hijos son cuidados.
Todo esto pone de manifiesto que en México tu origen condiciona tu destino, cuando no debería ser así, origen debería ser sólo eso, origen, y tu destino debería estar marcado sólo por tu esfuerzo y tus decisiones.
No hay forma de que haya seguridad, que seamos un país en paz ni que haya un crecimiento sostenible si no mejoramos las oportunidades para salir adelante de todos, especialmente de los que se nos han quedado atrás.
Cada política pública del gobierno debe analizarse a la luz de su impacto en la pobreza y cómo mejora la movilidad social.
El problema es que las mediciones de movilidad social no suelen ser frecuentes, deberíamos medir la movilidad social por lo menos una vez al año para poder ajustar las políticas a tiempo.
Por ejemplo, la semana pasada visité el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, quienes hacen un excelente esfuerzo para medir la movilidad social cada seis años, pero como país necesitamos invertir más recursos porque cuando los datos se publican con tanto tiempo de diferencia, no nos permiten reaccionar oportunamente.
La falta de oportunidades y la inmovilidad social rompen por completo el tejido social, crea mucho enojo entre quienes sienten que les han quitado lo que les pertenece, y este enojo social siempre ha sido aprovechado por políticos radicales que alimentan el rencor, la polarización y hasta el odio para así pedir que les entreguen todo el poder y servirse egoístamente de él.
No buscan entregarle a la gente soluciones, sólo buscan culpables y hablan de ellos todo el tiempo.
Por la gran injusticia que representan la pobreza, la desigualdad y la inmovilidad social, y por ser sumamente peligrosas sus consecuencias, el próximo gobierno debe asumir el combate a estos males como su principal tarea.
Cada decisión de gobierno debe ser juzgada por qué tanto ayuda a mejorar la movilidad social y las oportunidades de los más desfavorecidos.
Tenemos que reconocer que en México llevamos mucho tiempo con resultados insatisfactorios en combate a la pobreza y en falta de oportunidades, necesitamos un rumbo nuevo, algo diferente y por ello apoyo la creación de un gobierno de coalición.
Este nuevo modelo de gobierno para México, donde el poder esté mucho más repartido y dónde se le dé mayor peso a lo que diga la ciudadanía, es nuestra mejor oportunidad para crear juntos el mejor México posible.