Los mexicanos merecemos mucho mejores salarios, somos de los países que más horas trabaja a la semana, somos bien luchones, pero necesitamos que esas horas sean mucho mejor pagadas.

No obstante, los salarios no subirán mucho si la economía no crece. Un ejemplo muy ilustrativo es que, aunque el actual gobierno subió 60% el salario mínimo, el salario de los trabajadores de la economía formal subió en promedio únicamente 0.5 por ciento.

Es decir, por cada 100 pesos que ganaban en 2018, su salario aumentó 50 centavos, un incremento casi imperceptible. Esto al descontar el efecto del aumento de precios.

Celebro el incremento del salario mínimo, pero la realidad siempre termina por imponerse: si la economía no crece, no habrá mejores salarios.

Debemos reconocer que nuestra economía lleva muchos años creciendo de forma insuficiente, pero además muy desigual, mucho antes de que iniciara este gobierno. El problema es que mientras antes estábamos estancados, por primera vez vamos en franco retroceso.

El ingreso por persona cayó 5% en los últimos 5 años, en tanto que en China creció 20% durante el mismo periodo, y eso que la pandemia empezó allá y que tuvieron cuarentenas muy estrictas.

México ha sido de las economías con peor desempeño del mundo y de Latinoamérica, pero la buena noticia es que está muy claro lo que tenemos que hacer para revertir esta situación.

Para empezar, tenemos que cambiar el rumbo, porque en los últimos 5 años el gobierno nos endeudó como nunca, gastó dinero como nunca y nuestra economía, como nunca, ahora sí fue de las de peor desempeño.

Con un incremento tan gigante del gasto gubernamental es indignante que sólo hayan salido 5 millones de la pobreza, con toda esa deuda y gasto debieron salir, por lo menos, otros 15 millones.

Están tirando nuestro dinero, no sólo en aeropuertos sin vuelos y refinerías que no refinan, también se incrementó agresivamente el gasto en medicinas y estamos en la peor escasez de medicinas que hayamos visto.

¿Dónde está todo ese dinero?

Sin embargo, tampoco debemos de regresar a lo que hicimos en gobiernos anteriores, pues no tuvimos los resultados que necesitamos.

Lo más importante para mejorar el salario de los mexicanos y detonar nuestro potencial es aumentar la productividad, es decir, que produzcamos mucho más por cada hora trabajada.

Imaginemos a un panadero que produce 30 deliciosas conchas por día, ahora imaginemos que obtiene un horno más grande y logra producir 60 conchas, después, le enseñan una nueva técnica y ahora produce 90 conchas al día.

Es increíble cómo, a pesar de ahora tener internet, computadoras, mejores hornos y muchas otras nuevas tecnologías, la productividad en México ha caído diez por ciento desde 1990.

Hay dos principales factores detrás del desplome de nuestra productividad: la falta de cumplimiento de la ley y la falta de competencia económica.

Regresando al ejemplo de nuestro panadero, imaginemos que un segundo panadero se da cuenta que le puede robar 20 conchas a nuestro panadero y que no pasa nada.

Entonces, ese segundo panadero deja de trabajar y mejor se pone a robar conchas y revenderlas, así no tiene que levantarse temprano ni esforzarse tanto.

Además, ningún banco le presta dinero a nuestro panadero para comprar el horno más grande, porque los bancos tienen miedo de que no les paguen el préstamo y nadie los defienda.

En vez de que entre los dos panaderos hagan más de 100 deliciosas conchas, sólo producen 30, empiezan a escasear en la colonia y, por ello, suben de precio.

El hecho de que no se imponga el respeto a la ley, provoca mucho crimen, encarece los préstamos y las inversiones, los negocios se quedan chiquitos y los salarios se estancan.

La falta de competencia tiene un efecto similar. León, Guanajuato, es famoso por ser La capital mundial del calzado, hay tantos vendedores que la gente pasea buscando los mejores precios entre tantas opciones. Lo mismo sucede con las guitarras en Paracho, Michoacán.

Seguramente en tu ciudad hay un área con varias imprentas o comerciantes de plantas. Al estar tan juntos compiten por ver quién tiene los precios más bajos y los mejores productos; los más llamativos, los de mejor calidad. La gente sabe que con tanta competencia ahí encontrará lo que quiere.

En México hay muchos obstáculos a los negocios, lo que provoca que sólo las grandes empresas crezcan y se perjudica la competencia. Algunos productos los pagamos al doble de su precio por la falta de competencia.

Si hay solo una carnicería, puede subir los precios y no tendrás alternativa cuando necesites carne, más que pagar sus altos precios.

Necesitamos que las pequeñas empresas en México crezcan y haya muchísimos negocios peleándose porque tú seas su empleado, ofreciendo cada vez mayor salario para que te quedes.

Es vital que en México impongamos el respeto a la Ley, que reduzcamos los obstáculos al florecimiento de los negocios, que les demos a los trabajadores mucho mejores herramientas y buena capacitación para que todos y todas cobremos mucho mejor.

Un mucho mejor México es posible y yo seguiré trabajando para construirlo juntos, con el Frente Amplio por México, porque mi verdadera vocación es servirte, porque me importa mucho que tu familia esté mejor y porque sólo lo lograremos si trabajamos en equipo.

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