Los ciudadanos mandamos un fuerte y claro mensaje a los Ministros, a los jueces, a la clase política y a todo el país: vamos a defender nuestra democracia a cualquier costo, asumimos esa responsabilidad.
El pasado domingo 26 de febrero, cientos de miles de mexicanos salimos a las calles por nuestra propia voluntad a exigir respeto por el árbitro electoral, realizamos una gran fiesta democrática en más de 100 ciudades. La prensa internacional habló positivamente de la calidad de ciudadanía que hemos desarrollado los mexicanos.
Exigimos que se respete al árbitro electoral porque sabemos que la democracia nos permite mantener nuestra libertad de expresión y mejorar nuestra calidad de vida, ya que nos da el poder de elegir a nuestros gobernantes.
En prácticamente todos los lugares donde se desmanteló la democracia, la calidad de la vida de la gente se deterioró enormemente, aumentó la escasez de alimentos, subieron drásticamente los precios, se desplomaron las oportunidades laborales y aumentó la inseguridad.
Estamos hablando de que está en juego el futuro de tu familia, de todas las familias mexicanas, su tranquilidad y sus esperanzas de salir adelante.
Por ello, cientos de miles de mexicanos nos hemos dado cuenta que debemos asumir la responsabilidad de defender nuestra democracia, no vamos a esperar que nadie más venga a defenderla por nosotros, porque eso no va a suceder.
Nos hemos dado cuenta que es el tiempo de los ciudadanos y sólo mediante una gran coalición ciudadana vamos a poder construir el mejor México posible.
Ahora tenemos la responsabilidad de ayudar a que más mexicanos se unan a la lucha, porque hay muchos que aún no asumen la responsabilidad de defender nuestros derechos más básicos, posiblemente debido a la angustia de asumir un reto tan grande.
No obstante, como me dijo recientemente una legisladora: los mexicanos tenemos opiniones muy diversas, muchas veces contradictorias en temas como la legalización de las drogas, ampliar o reducir los programas sociales, pero nuestra opinión sería irrelevante en un país donde no tuviéramos la libertad de escoger a nuestros gobernantes ni de expresarnos con libertad.
El gobierno hará todo lo posible por quitarle cualquier capacidad que tenga el Instituto Nacional Electoral (INE) de organizar unas elecciones equitativas, donde haya posibilidad de que el partido en el poder pierda.
Por ello buscaron hacer una reforma a la Constitución que destruyera al INE, como no lo consiguieron, aprobaron reformas a leyes secundarias que violan la Constitución y reducen al mínimo las capacidades del árbitro electoral.
Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueden detener ese atropello al árbitro electoral, pero el gobierno nuevamente intentará controlar al INE amañando la elección de consejeros electorales y reduciendo al mínimo el presupuesto del INE en 2024 para dificultar su trabajo.
Están tan obstinados en controlar o destruir al árbitro electoral que parecen convencidos de que van a perder las elecciones federales de 2024, incluyendo la presidencia de la república.
Saben que van a entregar malos resultados por tanta inseguridad, aumento de la pobreza, precios de los alimentos muy altos, muy baja creación de empleos y una enorme falta de medicamentos.
Tal vez saben que su única opción para mantenerse en el poder es destrozar al árbitro electoral, que ya les demostró en 2018 y 2021 que sí respeta sus triunfos electorales.
Por ello, más allá del gran éxito que tuvo la movilización ciudadana del domingo 26 de febrero, ahora debemos convencer a más ciudadanos de unirse a la lucha por defender nuestra democracia, defender nuestros derechos más básicos y asumirnos responsables de nuestro destino porque ya es tiempo de los ciudadanos.
Esta debe ser la coyuntura que necesitábamos los mexicanos para unirnos y juntos crear el mejor México posible, que es un México próspero, incluyente, sustentable, seguro y en paz, en donde todos cabemos y cada quien pueda ser quien sueña ser.
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