Esta semana se cumplieron 33 años de la “ Concertación de Partidos por la Democracia ”, una alianza de partidos políticos chilenos que tuvieron visiones opuestas y diversos conflictos, pero que lograron superarlos para contribuir al regreso de la democracia y construir un gobierno de coalición exitoso que gobernó durante muchos años.
Para hacer un recuento histórico, en 1964 el Partido Demócrata Cristiano (PDC) ganó las elecciones presidenciales con Eduardo Frei Montalva como su candidato. Después de concluido su periodo, Frei Montalva junto a otros líderes del PDC se convirtieron en algunas de las principales figuras opositoras al gobierno de Salvador Allende.
Allende ganó la presidencia en 1970 con la Unidad Popular, una alianza que aglutinó a varios partidos autonombrados de izquierda, como el Partido Radical, el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Movimiento de Acción Popular Unitario.
Siendo ya presidente, Allende creía en una revolución democrática, por lo que perdió el apoyo de algunas corrientes que lo habían impulsado, como el Partido Socialista en el que se creía en la legitimidad de un levantamiento popular armado para retener el poder ante la inestabilidad política que se estaba gestando.
Hacia el final del gobierno de Allende, había en Chile una alta polarización política alimentada por escasez de productos, una hiperinflación y eventos de violencia política.
Algunos miembros de partidos políticos opositores a Allende inicialmente apoyaron la opción de un golpe de Estado, pues estaban en contra de muchas de las políticas que estaba implementando el gobierno y temían una potencial radicalización.
Todo esto, entre otras causas, favoreció la consumación del golpe de Estado que se produjo el 11 de septiembre de 1973, y que dio lugar a la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet.
En el periodo de la dictadura se instauró la represión política, por lo que sucedieron diversas violaciones a los derechos humanos, con miles de detenidos que fueron desaparecidos, asesinados, torturados y muchos más exiliados.
Además, durante esta época estuvieron prohibidos los partidos políticos. Los líderes de estas agrupaciones que inicialmente dieron su respaldo al golpe de Estado, retiraron su apoyo a la dictadura.
En 1989 terminaría un nuevo periodo de gobierno de Pinochet, por lo que en 1988 se realizó un plebiscito para consultar a los ciudadanos si deseaban que el presidente continuara por otro mandato. También es importante recordar que los partidos políticos fueron nuevamente permitidos a efecto de liberar presión.
Este plebiscito fue visto por los partidos políticos como una oportunidad para restaurar la democracia en el país, por lo que a pesar de sus conflictos del pasado y de sus diferentes visiones, la mayoría de los partidos se reunieron en una gran coalición para apoyar el NO a la permanencia del dictador.
La tarea no era fácil. El gobierno contaba con apoyo y recursos suficientes para tener grandes probabilidades de ganar el plebiscito; de hecho, el margen de victoria de los partidos no fue muy amplio para una elección binominal, por lo que el haber hecho a un lado sus diferencias fue crucial, ya que fue más importante para ellos restaurar la posibilidad de acceder al poder, la democracia y los derechos humanos. Esto pudo más que sus diferencias ideológicas e históricas.
De haber ganado Pinochet, los partidos de oposición se hubieran quedado ocho años más sin posibilidad de competir en elecciones. No obstante, la llamada “Concertación de Partidos por el No” reunió a fuerzas políticas como el PDC con el Partido Socialista y el Radical, entre otros.
Fue así como la coalición se transformó en la “Concertación de Partidos por la Democracia” y se presentó unida a varias elecciones presidenciales, con lo que logró gobernar, en democracia, desde marzo de 1990 hasta marzo de 2010.
Este es un buen ejemplo de cómo diversos segmentos sociales, que a veces parece que tienen diferencias irreconciliables, pueden ponerse de acuerdo por el bien superior. Cosas que muchas personas defienden, como la democracia, los derechos humanos, las libertades, la justicia, la inclusión, la sustentabilidad y la prosperidad.
Para quien quiera conocer más de este tema puede ver la película de 2012 titulada “NO”, dirigida por Pablo Larraín y con la actuación de Gael García, la cual explica de forma atractiva lo sucedido en Chile. La película está disponible en una de las principales plataformas de streaming.