En México, quien detenta el poder ejecutivo federal está confundido, parece creer que fue electo como monarca absoluto, cuyo poder no tiene límites y que nadie puede contradecirlo.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) recientemente invalidó algunas de las reformas electorales que impulsó el partido en el poder, ya que durante su aprobación se incumplieron los requisitos de la Constitución.

Especialmente, se violó el derecho que tenemos los mexicanos a que las propuestas para cambiar la ley se deliberen, es decir, que se reflexione profundamente los cambios a la ley. Se aprobaron los cambios en fast track.

Nuestro sistema político contempla la división de los poderes ejecutivo, judicial y legislativo. además que el poder legislativo federal se divide en dos cámaras, la de diputados y la de senadores y está división está hecha para que cualquier cambio a la ley sea muy discutida y reflexionada, para que haya una gran deliberación.

Las leyes son las reglas del juego que rigen la vida de los mexicanos, son tan importantes que cambiarlas no se trata simplemente de juntar una mayoría e imponer los cambios, es necesario deliberar.

Además, el estar cambiando las reglas del juego sin cumplir el debido proceso legislativo deteriora un derecho fundamental: el derecho a la certeza jurídica.

Este gobierno ha deteriorado la certeza jurídica al grado que ya hay poca inversión en México. La inversión total, dividida entre el número de mexicanos, está en los niveles que estaba en 2005. Así no hay forma de que la economía crezca ni los 55.7 millones de mexicanos superen la pobreza en la que se encuentran.

La democracia exige que los diversos grupos de la sociedad conversen y debatan para que se intenten poner de acuerdo, que negocien, deliberen, se persuadan. El grupo en el poder se muestra antidemocrático al no conversar y sólo buscar imponer su mayoría.

Imponer es propio de los autócratas, de los que sienten que sus argumentos son débiles y no creen poder convencer a nadie. Impone por la fuerza quien se sabe débil en la razón. Impone el que sólo sigue instrucciones y se somete a quien considera más poderoso. El que se siente sólido y convencido, delibera.

Afortunadamente, la Constitución protege nuestro derecho a que se cuide el debido proceso legislativo, a que se proteja nuestro derecho a la deliberación al reformar nuestras leyes.

Esto es muy importante porque, por ejemplo, al impartir justicia penal, violar el debido procedimiento puede resultar en la liberación del presunto culpable o incluso en la desestimación del caso en todas las democracias.

Violar el procedimiento abre la puerta a que se siembren pruebas falsas, a que se violen derechos humanos como el derecho a un juicio justo y a que inocentes acaben en la cárcel, sin su derecho humano a la libertad.

Todos los pasos del debido proceso se imponen para asegurar que los juicios sean justos, para que las autoridades no abusen de su poder.

No obstante, la SCJN recibió fuertes ataques por parte del partido que controla el poder ejecutivo porque no validaron la forma de imponer su reforma. Creen que vivimos en una monarquía donde todos tienen que hacer lo que diga el monarca y que su palabra es la ley.

No, los mexicanos elegimos constituirnos en una república representativa, democrática, laica y federal, compuesta por estados libres y soberanos. Los mexicanos somos los soberanos y decidimos separar el poder de revisar que se cumpla la ley del poder ejecutivo.

En Morena argumentan que la SCJN usurpa las facultades del poder legislativo, no, sólo está revisando que se cumpla la ley que es su obligación y su derecho.

¿Por qué no les molesta que el poder ejecutivo sí está usurpando sus funciones al ser quien les está dictando las reformas a la ley y no les permite mover ni una coma?

Me da pena ver cómo los legisladores del partido en el poder se asumen como simples cortesanos, que hacen lo que les dicta su monarca, en lugar de ejercer su autonomía legislativa y reflexionar por su cuenta si las propuestas del ejecutivo son positivas o dañinas. No están a la altura de sus obligaciones.

Todos, empezando por el presidente, debemos cumplir la ley y los procedimientos que mandata la ley, que está hecha para proteger nuestros derechos y protegernos de los abusos de los gobernantes.

Aplaudo y me llena de optimismo ver como hay una gran cantidad de mexicanos valientes, como los jueces, que están cumpliendo su deber a pesar de todas las amenazas que reciben. Hay muchos mexicanos a la altura de las circunstancias.

Finalmente, quiero comentar sobre la idea de Morena de elegir a los Ministros de la SCJN por voto popular.

Estoy de acuerdo en fortalecer el poder judicial, ya que en México sólo hay 5 jueces por cada 100 mil habitantes, mientras que en Colombia hay 11 y en Alemania hay 50. Además, menos del 1% de los delitos en México se resuelven, la gran mayoría queda impune.

Yo he propuesto varias veces fortalecer el poder judicial, con jueces más objetivos, que tengan buenos salarios y sean inamovibles ante presiones políticas. No sólo a los jueces, también mejorar las prestaciones, las herramientas y la capacitación de los policías y los ministerios públicos.

Lo último que necesitamos es un poder judicial sometido al poder ejecutivo. Justo necesitamos lo contrario, fortalecer su autonomía para que evite abusos de los gobernantes, sean del partido político que sean.

Faltan 384 días para que inicie la reconstrucción de México, vamos a fortalecer la impartición de justicia en México. Nunca más será el país de una sola persona, será un país donde estarás protegido de los abusos de las autoridades y donde tu familia se sentirá segura.

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