Los mexicanos no podemos aceptar como propuesta vivir con lo mínimo, con sólo un par de zapatos; sin aspiraciones. Eso sería rajarnos y coincido con Xóchitl Gálvez en que no debemos claudicar.
Somos un país de luchonas y luchones, que trabajamos todo el día para sacar a nuestras familias adelante y darles un mejor nivel de vida.
Desgraciadamente nuestro esfuerzo no alcanza, necesitamos también mejores oportunidades; tu familia se esfuerza mucho y merece más.
Merecen un buen sistema de educación que les dé herramientas para salir adelante; un buen sistema de salud que los atienda, que les de medicinas y los mantenga sanos física y mentalmente, por el simple hecho de ser mexicanos, sin costos adicionales; sentirse seguros en un país donde hay justicia, porque el que viola la ley cumple su castigo. La Ley es la Ley.
No obstante, no habrá mejores oportunidades para nuestras familias mientras sigamos en este rumbo donde, como bien dijo este domingo Xóchitl, la vida de nuestras familias pierde valor, la verdad pierde valor y perdemos libertades.
¿Cómo no vamos a necesitar un cambio si hemos perdido a cerca de un millón de mexicanos por causa de la ineptitud y las malas decisiones durante la pandemia, la falta de tratamientos médicos y la violencia sin control? ¿Cómo no vamos a necesitar un cambio de rumbo si estamos peor que los países en guerra?
Aquí es donde más médicos y enfermeros murieron por desprotegerlos durante la pandemia, aquí es donde los mexicanos se sienten inseguros en el transporte público; este es el sexenio con más asesinatos de la historia, y como una traición, a los delincuentes se les dan abrazos.
Aquí se pierde el valor a la verdad cuando el gobierno pretende borrar de un plumazo a los desaparecidos como si nunca hubieran existido, cuando quieren desaparecer el Instituto Nacional de Transparencia, cuando normalizamos que el gobierno miente a diario y ya no parece importar.
Aquí se pierde la libertad, en el país con más periodistas asesinados del mundo, con los criminales cobrando derecho de piso, con personas temerosas de usar las carreteras de noche, con gente que no denuncia porque no sirve o porque tienen miedo de ser revictimizados.
Por ello, es evidente que necesitamos un cambio de rumbo, tenemos que luchar por las madres buscadoras, por los padres de los niños enfermos que agonizan por falta de medicinas, por los jóvenes y las mujeres víctimas de la violencia, por los campesinos abandonados víctimas de la sequía y del crimen, por el amor y el valor a nuestra vida, a la verdad y a la libertad.
El Poder Judicial se ha mostrado como un contrapeso a los excesos del presidencialismo exacerbado, y es un poder judicial que podemos perder, sin vuelta atrás, si no hay un cambio en el rumbo del país.
Porque nadie debe pisotear tu derecho a soñar con un futuro mejor y pedirte que las cosas sigan como están cuando no hay medicinas, pero sí mucha inseguridad.
Estoy de acuerdo con Xóchitl, este momento es decisivo para nuestras vidas, es momento de luchar por lo que más queremos. Por una ciudadanía que tenga mejores oportunidades, una clase media fuerte y exigente con su gobierno, un país incluyente donde todos tengan maravillosas oportunidades y donde no nos dejemos amedrentar por nadie. No vamos a claudicar, vamos a luchar.
Cada vez falta menos y cada vez somos más. ¡Viva México!