2023 tiene que ser un año de cambios y esto empieza cambiando cada uno de nosotros. Yo me comprometo a trabajar por la unidad del país y por sumarme al esfuerzo de millones de mexicanos de buena fe que queremos un México próspero, inclusivo, solidario, sustentable , que viva en paz y donde nadie se nos quede atrás.
Las redes sociales están llenas de peleas y de la fuerte polarización entre los mexicanos, pero juntos tenemos que cambiar esta dinámica porque esta división nos impide enfrentar a nuestros verdaderos enemigos que son la pobreza, el hambre, la desigualdad, la corrupción, la inseguridad , el atraso tecnológico, un deficiente sistema educativo, la falta de acceso a servicios de salud y medicinas, además del cambio climático, problemas que afectan más a quien menos tiene.
Los mexicanos debemos unirnos para acordar cómo vamos a enfrentar estos enemigos alrededor de un proyecto que promueva el diálogo respetuoso, la tolerancia, la solidaridad y la corresponsabilidad entre los mexicanos.
Viene a cuento la conocida historia de la comunidad Cherokee :
Un abuelo le dijo a su nieto que dentro de todos habitaban dos lobos, uno que vive en armonía con todos los que estaban a su alrededor, que sólo pelea cuando es necesario hacerlo, y otro lobo lleno de rabia, que pelea con todos a cada momento y por lo mismo nunca logra cambiar para bien las cosas. Ambos lobos luchan por dominar el espíritu de cada persona. El nieto preguntó cuál lobo es el ganador de la lucha y el abuelo contestó que gana el lobo que tú decidas alimentar dentro de ti.
Todos tenemos la capacidad de pelear, odiar y ser rencorosos, pero también tenemos la capacidad de amar, colaborar y construir juntos, todo depende de qué sentimientos permitamos que se desarrollen en nosotros, aunque no debemos olvidar lo que dijo el abuelo Cherokee “el odio te afecta a ti y no a tu enemigo. Odiar es como tomar un veneno”.
El enojo tiene algunas ventajas, por ejemplo, nos da mucha energía para enfrentar amenazas a nuestra integridad o la de los seres que estimamos, nos ayuda a combatir la injusticia, el abuso o la discriminación, pero es muy dañino cuando lo usamos frente a cosas que realmente no amenazan nuestra integridad.
El enojo nos ciega, nos impide ver nuestros errores y nos confronta con nuestros semejantes. Nadie tiene la capacidad de conocer toda la verdad de la sociedad en la que vivimos, es demasiada información que un humano simplemente no puede manejar.
Esto me recuerda a una historia del hinduismo que habla de varios sabios ciegos que están tocando diferentes partes de un mismo elefante y alguien les pregunta ¿cómo es un elefante? El que tocaba la trompa dice que es como una serpiente, el que tocaba una pierna dice que es como un tronco de un árbol , el que tocaba las orejas cree que es como un abanico, sin embargo, todos estaban equivocados.
Cada uno tiene un pedazo de conocimiento sobre cómo es nuestra sociedad y si somos tercos sobre lo que creemos y alimentamos al lobo del enojo, terminaremos peleados con todos los que piensan diferente a nosotros.
En cambio, si compartimos lo que sabemos de nuestro querido México, unidos podemos construir el país que tanto anhelamos.
Las sociedades aisladas están condenadas a estancarse o degradarse, también las sociedades donde sólo se permite una forma de pensar única, pues el progreso está en la colaboración de gente con ideas y capacidades muy diferentes que se combinan para crear innovaciones, esa es la base de la creatividad, pero para que puedan colaborar personas con visiones diferentes se necesita que prevalezca el respeto y la tolerancia .
Las civilizaciones con la mayor mezcla de visiones e ideas han sido las que más han prosperado.
Nunca olvidemos que todos tenemos algo que aportar y nadie tiene la verdad absoluta.
Que este 2023 sea un año para fomentar la corresponsabilidad, la solidaridad, la empatía y la tolerancia entre los mexicanos, unidos somos más fuertes. Les deseo a todos un muy feliz y próspero 2023.
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