Vaya dilema el de la directiva azulcrema, que acaba de cerrar una gran contratación, la del , procedente de su gran surtidor de talento: Santos.

Todo esto, en medio de una presión en redes sociales muy brava para pedir mejores refuerzos, para aspirar de nuevo a tener mejores elementos y ser aquel equipo todopoderoso.

El americanismo se ha alimentado de eso toda la vida, de esas “bombas” que vendían playeras y le gente quería ir a ver al Estadio Azteca.

Nombres sobran, pero —en la última reestructuración financiera— cambió de giro, para ver ahora a los clubes regiomontanos jugar con las “bombas” del mercado.

Un modelo muy de marketing deportivo que busca conseguir y alimentar las esperanzas — temporada a temporada — con contrataciones como los grandes clubes europeos, que antes de conocer el resultado de la cancha ganan en presencia mediática y empuje emocional con el aficionado.

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Pero en ese camino, América ha logrado tener proyectos altamente competitivos, llenos de jugadores que saben luchar; para muestra, ser el equipo con más puntos en 2021 . El problema es que hoy carecen de una figura, más allá de Guillermo Ochoa, que pueda resolver en los momentos complejos y haga algo diferente para solucionar las cosas, como con las dolorosas eliminaciones ante Chivas, Pachuca y Pumas en las últimas tres temporadas, o la forma en la que se perdió la final de la Concacaf frente al Monterrey.

Por eso, más allá de reforzarse con los Osuna, los Fidalgo, los Henry, el hashtag de estos días, con el que se exigen mejores refuerzos para comprar el abono, así como presionar para que no llegue Uriel Antuna, demuestra el poder de uno de los grandes motores que hay en esta industria de la Liga MX , y esa es la afición del América, que añora retomar ese rol protagónico donde en sus filas estén los mejores extranjeros, los mejores mexicanos del mercado.

¡Bienvenidos, bienvenidos! Al día en el que se cansaron los americanistas y piden que #SinRefuerzosNoHayAbono.

@EnriqueVonBeas

 
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