Así como se lee, se escucha y se siente. Urge que alguien le ponga lucidez y coherencia a la operación “Rescate al Chicharito” . No lo podemos negar, el mejor delantero después de Hugo , el goleador histórico de la Selección Mexicana , perdió su camino, se dejó llevar por la ideas de los charlatanes emocionales de inteligencia de superación personal. En pocas palabras, tipos que viven de la estafa, gracias a sus poesías batatas en movimiento.
Es cierto, la fama en abundancia para un deportista en México, donde estamos necesitados de héroes y bastiones sociales que nos den algo de aliento en una tierra donde cada día nos empecinamos a odiarnos, puede ser el centro de todos nuestros debates. Ahí surgió el gran y carismático goleador del Rebaño, el hombre gol del Tri, el joven que jugó muy rápido una final de Champions , que fue fichado por Real Madrid y que —en su imagen— se vendía como el niño bueno de la cuadra, el bien peinado, el chico de una familia tan mexicana como la Hernández Balcázar .
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Estirpe de futbolistas y galán de anuncios, el muchacho perdió la brújula. El problema es que perdió el gol y el hambre por seguir haciendo lo que hacía mejor que nadie: luchar y moverse en él área para definir —como sea— cualquier jugada. No le queda mucho tiempo y su aventura en California, en el American Dream, lo ha llevado al límite, al nivel más bajo y vergonzoso. Lo peor es que tiene la presión y la necesidad de ser el que más rinda, al ser el que más cobra.
Por eso, en el vestuario ya no hay quien lo tolore y este fin de semana su DT, Guillermo Barros Schelotto , ya lo evidenció en público. Por eso, urge que en las Chivas rescaten a uno de los últimos orgullos de la cantera, para revalorizar y generar un cierre de ciclo como profesional —por la puerta grande— a uno de los jugadores más simbólicos que ha dado nuestro país. Tirar a la basura tanto prestigio, sólo por vanidad, ego o malas influencias de pepenadores de los sentimientos, no vale la pena.
Ojalá Amaury sepa todo lo que representaría el regreso del Chícharo a Guadalajara. Y ojalá Javier sepa que, en su destacada carrera, su final no puede ser tan espantoso como ha sido su vida con el Galaxy . ¡Bienvenidos, bienvenidos! A la operación “ Rescatemos al Chícharo ”.
@EnriqueVonBeas