Somos especialistas en el drama. Encaramos la vida como si María Mercedes, quien salió del barrio para casarse con un ricachón, fuera nuestra realidad.

En el futbol profesional, nos tiramos al drama todo el tiempo. Que si el Chícharo es un petardo, que si el Tata es un martirio, que si el América es un equipo honesto, que si el Cabecita engañó a los aficionados celestes...

El tema de —por la presión vía redes sociales y sobre todo por la buena cantidad de dinero que Amaury puso en la mesa del Celta de Vigo— ya estalló. Los españoles están a punto de hacer el negocio de sus vidas con un jugador que no les costó y ahora lo pueden vender en cinco millones de dólares.

Hace tres semanas, cuando tocamos el punto en este mismo espacio, y no sólo con Orbelín, sino con Araujo, JJ Macías, Lainez y muchos más, preguntábamos los motivos. Desde los malos representantes, el mal nivel del futbolista, lo cómodos y bien pagados que están acá.

Por eso, es elemental que no perdamos de vista —más allá del drama y la novela— que lo de Orbelín tiene muchas lecturas. El jugador sabe que se aferró a ese sueño y fue mal asesorado, llegó a un equipo con un DT que no lo pidió, además de que no logró convencerlo por su bajo rendimiento. Por si fuera poco, sabe que le costará mucho encontrar otro contrato así de jugoso.

Sin duda, a Chivas le sumaría, a la Selección —si recupera su nivel— también. Pero no nos hagamos y agarremos la historia de Orbelín para la nueva novela del futbol mexicano, donde Cruz Azul no ganó ni un quinto y el Celta cinco millones de dólares.

¡Bienvenidos, bienvenidos! A esa historia que ya vimos; mejor, que regresen las entradas.

@EnriqueVonBeas

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