Y Lionel Messi lo hizo de nuevo, por Argentina, por el mundo, por el balón, y para seguir construyendo sueños.

El poder del esférico es tan poderoso que en cada Mundial los multiversos y las conversaciones de cada agenda son más poderosas, llenas de mensajes.

Han sido 30 días para que el mundo se pueda ver a los ojos, con todos los delirios de cada cultura y tratar de dimensionar un juego que une, ante la constante polarización.

Desde los jeques y sus planes de aceptación, con una moral sin derechos humanos, hasta el doble discurso constante y sonante del “señor dinero”.

Cualquier frase del presidente de la FIFA o de cualquier político, se disfraza de social y demócrata, de minoría, para ganar más privilegios.

Vaya purga emocional gracias a un balón. Vaya Qatarsis Futbolera por la que, gracias a un gol, una atajada, una gambeta, el mundo se sigue moviendo.

Argentina, el equipo con código postal en la Patagonia, pero con residencia en todo el mundo, con Global Entry en el alma de cada nación que festeja el juego.

Ha sido un Mundial que nos reta a abrir los horizontes.

Los aficionados que le dieron color y vida. Sí, hablamos de Argentina, y en la conversación no sólo está Diego Armando Maradona.

Ahí están el Matador Mario Alberto Kempes, Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Javier Mascherano, Diego Pablo Simeone, y muchos más.

Del lado francés, están Zinedine Zidane, Michel Platini, Thierry Henry, Karim Benzema y toda una cargada actual del futbol.

Así que, no le demos más vueltas, estamos ante una historia sin igual.

¡Bienvenidos, bienvenidos! Al día que Messi lo intenta de nuevo.

@EnriqueVonBeas

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