Vaya que se hizo escándalo y se puso sabroso el previo de la primera participación, en un Mundial de Clubes , del equipo regio.
El club de la década sigue destacando en conversación digital y alcance mediático. Justo está en el lugar donde quería estar, juzgado y aclamado por sus aficionados y la prensa. A esto le sumamos el perfil de sus futbolistas, y el resultado es la trascendencia de sus contenidos.
Dejemos de regionalizar las batallas y comprendamos, de una vez por todas, que Tigres mueve cada día más la agenda de nuestra Liga MX.
Justo por eso tenemos que comprender cada mensaje emitido, desde la institución poderosa de Cemex, hasta el fanatismo de sus orgullosos seguidores. También comprendo el encono mostrado por muchos colegas, a quienes les gustaría interpretar ciertos valores para catalogarlos en la ecuación de la grandeza.
Por eso, la cancha será fundamental para el equipo del Tuca. Tendrá la oportunidad de ponerse en un plano que nadie ha obtenido y acelerar su empatía en todos los rincones donde se siga al futbol en México.
Sus fotos, videos y declaraciones cada día marcan mucho más nuestros diálogos. Ahora sí me atrevo a decir que están a 180 minutos de ponerse en la palestra e interés de los cuatro grandes. De lo contrario, habrá que tener una buena estrategia para asimilar las críticas que se hacen a un equipo con esas condiciones y compromisos adquiridos cuando quieres ser grande.
Oportunidad única y esperanzadora. Más allá de colgarnos de la teta de Nahuel o ver cómo Salcedo se agarra los testículos o escuchar a Pizarro decir que no representan a un país, vendrán los minutos trascendentales para situar a los Tigres.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A un Mundial de Clubes con los focos puestos y bien ganados por el equipo de la década.