La Liga MX nos tenía una sorpresa guardada: las semifinales más esperadas en mucho tiempo.

No voy a caer en el juego regional para desprestigiar a nuestros poderosos hermanos regios, en algo que siguen haciendo igual que hace 20 años: ser exitosos en sus equipos.

Por eso, y aunque el Clásico Nacional es la rivalidad más mediática, tenemos cuatro juegos que serán muy pasionales y con mucho nervio en los estadios, la televisión, la radio y las redes sociales. Notas y comentarios editoriales por doquier para agrandar la atención.

Ya habíamos comentado la necesidad de tener algo que no sólo fueran críticas y errores institucionales. El 22 de mayo inicia el camino del siguiente cambio estructural de nuestra FMF —con Juan Carlos Rodríguez al frente—, la votación del repechaje, el descenso y el ascenso, la crisis de la Selección Mexicana, el fallido FAN ID, la estrepitosa caída de nuestras figuras, el modelo de negocio y el acomodo de los derechos de transmisión.

Y entre tanto ruido, al futbol le hacía falta una causa para volverse a emocionar.

Vendrá una semana que no es igual, porque la generación de Gignac tiene la oportunidad de eliminar al Rey Midas, un clásico regio que promete una tensión para saber si los “viejitos” pueden contra el líder.

Monterrey necesita acercarse a los títulos ganados en la era dorada de los Tigres.

Del otro lado, ya me estaré explayando en la columna del jueves, porque hay que seguir desmitificando tanta información que siempre ha generado la empresa que es dueña del América y el control narrativo que suele tener en estos partidos.

Claro que hay favoritos muy marcados, porque además tienen la ventaja de que el empate global los mete a la final, pero —sin duda— es momento de saber si el Guadalajara puede quitarse muchos fantasmas que lo rodean en su pasado reciente.

¡Bienvenidos, bienvenidos! A las semifinales del siglo en nuestra Liga MX.

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