O podemos decirles “los abucheados”. Directo y al corazón de los futbolistas, aunque uno de sus líderes morales y futbolísticos —el Chucky Lozano— de nuevo quiso culpar a la prensa de la crisis de identidad.
¿En serio no quieren que los abucheen?, ¿a poco buscan aplausos, aliento, porras, cuando ya no le ganas a los equipos de la zona en el “poderoso” Estadio Azteca? La generación de cristal del Tri y de medios de comunicación aplaudidores le están haciendo mucho daño.
Una generación que sigue sin poder salir bien parada cada que hay presión.
No podemos tapar la crisis con aplausos falsos o análisis benévolos para un equipo que pide apoyo, cuando no se genera el nivel mínimo en ese recinto que era un calvario para cualquier rival, y más en la Concacaf.
Ese mito se sigue perdiendo, porque no hay la actitud en la FMF para encontrar la solución, más allá de hablar de la genética o biotipo de los rivales.
Este cliché de que han crecido las selecciones, debe desaparecer. La gente —que hizo una muy buena entrada, porque muchos quisieron llevar a sus hijos por primera vez con la playera verde, después del fracaso histórico en Qatar— no logró llevarse la alegría e —incluso— si no fuera por Paco Memo, hasta hubieran sido testigos de la eliminación en la Nations League.
Un empate que nos deja con un terrible sabor de boca.
Abuchean a Memo porque no ha tenido la humildad de reconocer tantos fracasos, más allá de lo que para en la portería. A Raúl, porque ya quieren a Santi. A Jorge, por maleta. A Lainez, porque cree que es el Messi Mexicano y no pesa nada.
Diego Cocca, como lo manifesté en mi última entrega, está obligado a ganar contra Estados Unidos en abril, en la Nations League y si se topan en la Copa Oro. Por eso, hay un mal sentimiento y poca credibilidad al su trabajo, ya que parece más un interinato en lo que se resuelven las grillas que atraviesan los mandos ejecutivos de nuestra amada Selección.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A la Selección de cristal que vive una crisis de identidad durísima con su afición y por la que quieren culpar a la prensa.
@EnriqueVonBeas
