No lo puedo negar, el domingo por la noche me volví a enamorar de la . De lo que representan sus valores, lo que mueven los aficionados, esos que aguantaron tanto para celebrar algo tan justo, tan emblemático.

Me volví a enamorar hasta del Azteca y lo que representa ser campeón ahí.

Cruz Azul demuestra que es la tercera fuerza de emociones en México y que, además, tiene el cariño y la empatía de todos, hasta de los americanistas.

Que Jesús Corona , uno de los grandes porteros en más de 16 años de carrera, junto al Cata Domínguez , de los pocos que siguen jugando para una sola playera, levantaran la copa fue sublime. Que el Cabecita Rodríguez anotara el gol del título, con el drama y el supuesto fuera de lugar, que Juan Reynoso le llevara su medalla de oro al gran Enrique Meza, como gesto de humildad, mismos valores que se unifican con esos colores, con esa playera, fue épico.

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Que al poco tiempo de fugarse Billy Álvarez y que la 4T rescate a una de las figuras empresariales más sensatas de nuestros días tan neoliberales, provocan que la justicia exista en cada uno de los poros del éxito cruzazulino, que luchó, sufrió, hasta el final, incluso después del gol de Santos, que advertía el regreso de los traumas, pero con este sello de los 41 puntos y una sola derrota en los últimos 23 juegos, demostraron que había mucho empaque, compromiso y valor.

El título llegó con júbilo, algarabia y frenesí. Muchas plazas públicas se llenaron de orgullo y vida celeste. Muchas calles se inundaron con orgullo. Muchas historias que se compartieron en todas las redes, con millones de lágrimas, emociones, recorriendo las mejillas y los corazones de los que están y los que ya no están en este plano terrenal.

Muchos hijos, sobrinos, amigos, dedicando el título hasta el cielo. Muchos adolescentes que nunca habían podido celebrar y que no se bajaron del barco, como los jóvenes actuales, quienes con mucha facilidad abandonan las causas.

La noche del 30 de mayo será inolvidable, histórica y de revalidación de la Liga MX y de uno de sus grandes clubes, el tercero más importante, que se quitó las maldiciones que lo acompañaron durante 23 años.

¡Bienvenidos, bienvenidos! A la novena, que será eterna. Felicidades a tod@s los que forman parte de este nuevo Cruz Azul.

@EnriqueVonBeas

 
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