Es cierto que los Juegos Panamericanos pasaron de noche en nuestro país, por una pésima gestión de Panam Sports para tener difusión en una de las naciones más rentables.
Uno de los debates más constantes que existen para analizar el tema deportivo es la politización y polarización que genera. Ahora bien, lo que sucedió en Santiago es histórico. Sumado a la gran participación en San Salvador, nos da como resultado la olimpiada más exitosa, con la mayor cosecha.
¿Cómo debemos explicar esto, cuando la cantaleta mediática es que los deportistas están abandonados a su suerte?, ¿en serio, el alto rendimiento es obra solamente de los padres de familia y del poco apoyo que hay de la industria privada?
Los errores de las gestiones de cuello blanco han sido —en muchos casos— insultantes, mal ejecutados y muy mal comunicados. Pero también es una realidad que en la gestión de Ana Gabriela Guevara —con todo y su torpeza y mala imagen— se han dado estos resultados. El promedio general de apoyo de la carrera de estos casos de éxito y logros son sustentados por el Gobierno.
Urge una revisión a profundidad y saber cuál es la realidad de nuestro deporte. Urge saber cuál será el proyecto para París.
Lo único que no sirve es seguir polarizando y politizando esto. Ayudemos a darle visión a todas las historias de éxito.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A los Juegos Panamericanos que nos dieron 52 oros y un sobresaliente tercer lugar en el medallero.