Después de un par de semanas de respiro veraniego y una ligera desconexión laboral, regreso en medio de tanto lloriqueo y pretextos de muchos clubes que no supieron encarar la primera edición de la Leagues Cup.
Leo, escucho y veo que se quiere idealizar la mala organización de un torneo que, en el papel, es el futuro de nuestro futbol.
Pero bueno, mejor me concentro hoy en lo espectacular, refinado y poderoso que resulta tener a Lionel Messi alegrando las canchas del deporte que tanto ha transformado, y dejar a un lado la humillación de la mayoría de los clubes de la Liga MX del otro lado de la frontera.
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Déjenme decirles que, aunque es evidente que armaron un rol de juegos para darle un poco de mejores oportunidades al Inter Miami, que es el segundo peor equipo de la MLS, tenía que salir Rodolfo Pizarro y llegar la máxima figura deportiva del planeta Tierra, para que con dos de sus amigos (Sergio Busquets y Jordi Alba), además del hombre de confianza para dirigir el proyecto, como lo es el Tata Martino, para que rápidamente cambiara la inercia.
En pocos juegos, sin hacer pretemporada y con una muy alta expectativa en los estadios que han sido engalanados por las figuras de otros deportes estadounidenses que no habían volteado a ver lo que ellos llaman soccer, se ha hecho una auténtica revolución.
Hoy, las redes sociales, programas y la gente en la calle, hablan de Leo, hablan de Messi.
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Sus goles, que además son de alta calidad, son replicados y compartidos como nunca antes la MLS había penetrado en el mercado global.
Es cierto que la Liga MX quiere ponerle algo de balance, cuando en el panorama está una final contra el América o un equipo regio, pero no le demos más vueltas, el sueño de este torneo es tener al Los Ángeles FC jugando la final contra Messi.
Quieren darle un título rápido a su inversión y poder fincar el futuro cercano a lo que podría ser la nueva Liga de Messi.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A un torneo que creíamos sería para fomentar la rivalidad Liga MX vs MLS y sólo ha logrado ser el gran escaparate del mejor de nuestros tiempos: Messi.
