En tiempos de polarización y ambientes densos, cargados de desinformación, es sencillo acudir a los clásicos, para que nos digan lo de siempre: La eliminatoria es complicada, es muy difícil jugar en el calor de Honduras, el frío de Estados Unidos, en El Salvador nos odian por lo que decimos en la tele, en Costa Rica nos querían golpear, etc.
Llega la época donde, desde que tengo memoria, los clásicos del comentario deportivo han vendido una guerra más en la tribuna que en la canchas. Nos siguen inundando de conceptos que generan confusión y conformismo, como la cantaleta de que las distancias se han acortado en la zona.
Llevamos muchos años sin querer dar el paso para entender que jugamos en la zona más pobre futbolísticamente y, de no ser por este nuevo Estados Unidos que ya nos ganó dos finales este verano, la exigencia al Tata Martino debería ser clasificar perfecto, con puras victorias.
El día que logremos entender eso, podremos avanzar en lo que queremos, con una Selección ampliamente superior. No es soberbia, es ser realistas, objetivos y trazar la ruta para llegar a un Mundial mentalmente fuertes y —por fin— con un sello de alta competencia. Vendrán los días para analizar por qué la Selección dejó de hacer goles, para retomar el estilo y el dominio, respetando al rival, jugando a tope cada partido, algo que nunca nos ha pasado. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A la eliminatoria que no tiene complicaciones.
@EnriqueVonBeas