De nuevo, tenemos que obligarnos —como entes críticos y objetivos— a dimensionar lo que pasó el domingo en los juegos eliminatorios de la Concacaf .
La razón es muy sencilla: Tener la capacidad de análisis real sobre dónde estamos parados. Una eliminatoria en la que durante varios días se habló de una súper Canadá .
También nos hablan de una súper selección de Estados Unidos . Me están vendiendo un equipo de pura figura, que debería arrasar la zona.
Y el gran mito en turno es lo parejo que se ha convertido jugar contra El Salvador , Jamaica, Canadá, Costa Rica, Estados Unidos y hasta Honduras .
El jueves fui invitado a un programa digital en España para hablar de las eliminatorias en todo el continente y se esfuerzan en generar ideas de la alta competencia que existe hoy en la zona. Algo tan alejado de la realidad, pero hemos caído en ese error constante, porque —más bien— nos emparejamos al pírrico nivel. Por eso, la derrota de Estados Unidos en Panamá , el empate en Jamaica de esta “gran” Canadá , más bien demuestran la zona mediocre en la que jugamos.
No olvidemos que Inglaterra le metió seis a Panamá en el Mundial de Rusia , así como que Estados Unidos no fue a la última justa y los canadienses no lo hacen desde 1986.
Por eso, es fundamental no caer en los análisis fáciles. El domingo se volvió a demostrar que la Concacaf es la peor zona futbolística, sólo supera a Oceanía . Pude ver parte de los cuatro juegos, y se carece de fundamentos para generar espectáculo.
Aunque les digan lo contrario, en casi todo el mundo aplican un: “Concacaf, who?”.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A esos días en los que nos tenemos que seguir chutando una pobre competencia.
@EnriqueVonBeas