Vaya expectativa y euforia nos tocó vivir en París por uno de sus atletas consentidos. El español más amado del mundo. El gran

Una fiesta lo que genera en su patio de juego, en Roland Garros, donde mueve a miles de personas para verlo.

Esta semana, en la que apenas comienza el torneo, los días que él juega son sold out. No alcanzas los boletos ni para accesar al complejo, deja tú la cancha.

En el complejo general se te ofrece un ticket para que puedas entrar a vivir la experiencia, pero —seamos realistas— lo que se vivió ayer fue un cambio emocional de ídolo. Y espero que no se me malinterprete el mensaje y que no se me juzgue como un villamelón del tema (de seguro lo soy), pero ayer en el polvo batido parisino, la figura en toda la extensión de la palabra fue la joven promesa Carlos Alcaraz, quien le ganó en cinco sets —con tie breaks incluidos— a su compatriota Albert Ramos Viñolas, en el juego más emocionante del torneo que está empezando.

Ahora bien, entiendo la regla del tiempo, de los ciclos; el mensaje es muy claro: Quieren que el rey, el ganador de 13 Roland Garros —insisto, el amo y señor, dueño de esta tierra— sea eterno, pero sabe que vive el gran final de su carrera y no es quererlo retirar, ya que ni siquiera la lesión después de iniciar con todo este año, y la derrota contra el joven Alcaraz, han logrado tumbar a la bestia, porque sabe que le quedan juegos por jugar, trofeos por ganar.

Por eso, será muy simbólico lo que pase en esta edición, ya que los que viven acá, saben y sienten que están ante el que puede ser el último baile, el último recuerdo de un tipo que —durante muchos, muchos años— hizo el complejo del Abierto de Francia su lugar sagrado, su bastión de grandeza, la iglesia para sus seguidores, creyentes, fanáticos que han crecido con él, y su mentalidad siempre ganadora y su talento fuera de la normalidad están como pruebas.

Es cierto, venimos ilusionados por el Real Madrid vs Liverpool, pero eso no impide gozar de un GOAT de la arcilla y, para muchos, de este deporte.

Una leyenda caminando que hará todo lo que esté en su cuerpo para celebrar una vez más el título del Grand Slam.

¡Bienvenidos, bienvenidos! Al hombre que mueve la Ciudad Luz, el gran Rafa Nadal.

@EnriqueVonBeas

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