Con el video, poema del retiro del buen Oribe Peralta, me llegaron muchos recuerdos a la cabeza; me tocó crecer con su lucha por ganarse oportunidades hasta ser el hombre que hizo los goles más importantes de la Selección Mexicana en la historia, contra Brasil, para conseguir la medalla de oro en Londres 2012.
Me gustaría que más allá de los colores con los que hoy escribo la columna, se entienda mejor el mensaje, ya que lo quiero exponer no va por el engaño, que interpreto, le hizo el jugador a las Chivas . Ya que su carrera aunque está marcada por el amor a la Comarca Lagunera —en donde logró grandes cosasdespués de sus aventuras por Chiapas, Morelia— , al encajar en un proyecto que lo hizo crecer hasta darle mucha personalidad a la selección juvenil en aquellos Olímpicos.
De ahí se ganó esa oportunidad millonaria para ir al América y ser campeón de nuevo, haciendo goles en aquella final contra Tigres.
Su carrera fue a la baja, pero fue parte de unas las transacciones más sonadas del mercado en los últimos años, al pasar al Guadalajara cuando se quería borrar el exitoso proyecto de Almeyda; sin embargo, el nivel de Oribe jamás pudo responder al hecho de ser el jugador mejor pagado. En medio de una de las grandes crisis de las Chivas, se aferró al jugoso sueldo y sus últimos dos años son una gran decepción que no está acorde al nivel de una carrera fantástica.
Se va un delantero que será siempre recordado en México y cuya historia ojalá sirva para todos los grandes profesionales, para que entiendan que sí importan las formas en las que te vas de las canchas. Hasta luego vaquero, gracias por tus goles, por lo que nos hiciste festejar, por luchar para llegar a donde llegaste.
¡Bienvenidos, bienvenidos! Al retiro de Oribe Peralta.
@EnriqueVonBeas