Sin duda alguna, estas horas que llevo en el
me han dejado un grato sabor de boca, más allá del escándalo de Alexander Zverev y un berrinche del tamaño de la bahía.
Incluso, con los dos juegos maratónicos del lunes por la noche. También, dejando a un lado el típico comportamiento en masa de los mexicanos, en su “lucha” por ser los chistositos, desmadrositos y ese “ambiente” que, sentimos, le ponemos a las cosas.
Creemos que toda la comida lleva picante y así vivimos en todos nuestros espacios públicos. Digo esto por los gritos en las tribunas, la forma en la que se le presiona a un juez de silla, como si fuera árbitro. El papá que le exclama a Rafael Nadal que todo México lo ama, para generar que más de siete mil personas ovacionen. En fin.
Insisto, el tema va más allá de esos escándalos, hazañas o peculiaridades. Va enfocado al nuevo escenario, las nuevas instalaciones para albergar el Abierto Mexicano . El aumento considerable en los premios a los tenistas y, sin duda, la convocatoria de muchos de los mejores jugadores.
Le llamas new beginning (nuevos comienzos) a esta etapa del Abierto Mexicano de Tenis , un eslogan que le queda como anillo al dedo a la que será, de nueva cuenta, una oportunidad para buscar ser un Masters 1000 en el circuito.
El próximo año se cumplirán 30 ediciones y la manera en la que se llegará será inmejorable. Claro que hay muchos detalles que corregir en el nuevo venue, pero el camino es el correcto.¡Bienvenidos, bienvenidos! A un nuevo lujo de Acapulco y una realidad, los nuevos tiempos del Abierto Mexicano .
@EnriqueVonBeas