De nuevo la cultura del mal perdedor envuelve al mejor futbolista de nuestra Liga MX . El subcampeón del mundo, bota de plata del Mundialito en Qatar y tremendo goleador y figura de estos mediáticos Tigres, emite una reflexión mal canalizada y con muy poco valor social. Me explico. el cliché barato de la narrativa conquistadora o del mundo de los privilegios dicta una de las frases menos ciertas en terminos de nacionalismo: "el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano".
La razón es muy sencilla, el humano suele estar enconado por temas de territorio, de poder, de naturaleza, de creencias más allá de la nación. Por ejemplo, un francés suele estar dividido por temas raciales, es más, en la selección en la que llegó a jugar André-Piere Gignac, el tema del mundo islámico, o de color han fragmentado conversaciones más allá de la cancha.
Otro ejemplo, un aficionado del Barcelona no suele apoyar aunque sean del mismo país, una hazaña de algún jugador del Real Madrid, obvio cuando viene una derrota DEPORTIVA, no dejará pasar la oportunidad para generar cierta burla.
La piel delgada del gran protagonista de los Tigres se exhibe de cuerpo entero, la nula autocrítica del líder felino para un simple partido de futbol donde el estilo del Tuca para un mal juego en general, aburrido y timorato es percibido por el Bomboro como una afrenta nacional, como un ejercicio de ideosincracia que tenemos en la sangre para ser cangrejos por analizar que un equipo de FUTBOL nunca generó una de peligro en 90 minutos.
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La burbuja en la que se encapsula y sobretodo la postura para decir que por eso un país está jodido, provoca una distorsión monumental. Es cierto que en el mercado regio, llevan años con este estilo de polémica, pero en un mundo globalizado donde como él mismo dijo después del partido que su familia pudo ver la final en Francia, también muchos franceses que vieron ese juego de seguro le cambiaron por el poco espectáculo que había, así como tampoco festejaron el gol de Pavard y tampoco dejarán de ser franceses que no disfrutan del éxito de otro francés.
En pocas palabras, lo de Gignac es uno de los grandes sin sentidos de una figura que como muchas no sabe reconocer la crítica y encuentra la salida fácil para justificar un mal partido de FUTBOL. Sí, de futbol.
¡Bienvenidos, bienvenidos! Al día que el Bomboro creyó que México esta jodido por nosotros los mexicanos, después de que Tigres no generó ni una sola jugada de peligro en una final del Mundialito.