Después del 3-0, algo cimbró en la médula de una afición incondicional, entregada, colorida como ninguna. Estados Unidos te humilla, te hace ver tu suerte, con todo y tus defectos más secretos.
De ahí que el millonario negocio, la famosa gallina de los huevos de oro, la maquinaria de dólares por el fenómeno de inmigración tan grande, haya hecho que la nostalgia le ganara al espectáculo, al rendimiento y —durante años— con algunos buenos resultados, seguían generando mucho, muchísimo dinero, y separándose de la parte deportiva.
Ahora estalló la bomba, literal, con Juan Carlos Rodríguez La Bomba, con un comunicado fuerte, donde se empodera en las decisiones y genera el cambio que el vox populi pedía: Sacar a Diego Cocca.
Lee también Diego Cocca rompe el silencio tras su salida de la Selección Mexicana: "No nos dieron tiempo"
Nadie quiere meter de lleno al debate a los grandes responsables, que son los jugadores, los mismos que pasan y pasan los técnicos y los resultados, además de su nivel, van para abajo, en picada.
Pero el daño estructural está hecho, las grietas son muy marcadas. Sólo una “Operación Milagro” podría recuperar la esperanza de un gran Mundial.
Lee también Ivar Sisniega reitera que Jaime Lozano únicamente dirigirá la Copa Oro
A tres años, la novela vive su peor momento. Nos hace pensar si tantos malos manejos constantes han generado el apocalipsis de la Selección Mexicana.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A la peor crisis del que era el equipo de todos, pero que hoy se encuentra abandonado y en franca disputa.
