María Bonita, María del Alma. Aunque hoy lo correcto debe ser: Rafa del Alma, o Medvedev, que con tus raquetas, las estrellitas las enjuagabas.

Así como Agustín Lara compuso una letra imborrable en el colectivo mexicano, el Abierto Mexicano de Tenis tiene un sitio en la posteridad.

Treinta años de historia, para convertirlo en una parada obligatoria para el que disfrute del tenis en nuestro país.

El nuevo complejo engalana el evento. Pero ahora sí existe un pero... El cuadro para esta edición ha sido uno de los más pobres en muchos años.

El crecimiento que se sentía gracias al cambio de superficie, justo en su gala de 30 años tuvo la mala fortuna de lesiones y sobrecargas que nos alejó de las figuras Top 5 o Top 10. A esto, le sumamos el famoso y mentado cambio generacional.

Hay un dejo de frustración para el aficionado, que agotó los boletos en muy poco tiempo, pagando precios de lo que cuesta un Masters 1000.

Todo esto podría tener un fondo. La salida del director histórico y el hombre que movía en gran medida la ejecución del torneo, Raúl Zurutuza.

Hay una percepción generalizada de que hay un golpe de inexperiencia con Álvaro Falla, quien es esposo de Renata Burillo, yerno del dueño de Mextenis y Grupo Pegaso, a quien —incluso— le ha costado la integración con los colegas para comunicar el trabajo.

El próximo año, estarán pegados en el calendario Acapulco y Los Cabos, en un reto que pinta complejo, gracias al crecimiento de ambos torneos, y tendrán que vencer el hasta ahora mal sabor de boca por tener un cuadro no tan vistoso para el costo en el que vendieron el espectáculo y la experiencia. Ojo, sin duda alguna, en cuanto a organización se trata, sigue siendo de lo mejor.

Esperemos que también en la cancha, ahora que arrancan los cuartos de final, los juegos sean de alarido y se quite ese sentimiento que hay en Acapulco.

Ya luego sumaremos a la conversación el típico tema del paupérrimo nivel de nuestro tenis.

Pasan los años y no es posible que no exista en la Federación Mexicana de Tenis el liderazgo para retomar un verdadero plan de trabajo, que se acabe la asquerosa grilla que hay y lograr —por fin— un nuevo modelo para generar mejores tenistas.

¡Bienvenidos, bienvenidos! Como le cantaba Lara a María Félix en estas bellísimas playas: Lo traigo lleno de flores, como una ofrenda...

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@EnriqueVonBeas

 

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