Es cierto, tuvimos un fin de semana con unas Chivas que empiezan a convencer de que pueden pelear por el título; también se presentó la goleada del Pachuca al América.
Es bueno detenerse en el arranque de la F1 y lo lejos que hoy está Checo de Max. Es más, hasta la tremenda goleada del peor Liverpool al mejor Manchester United.
Pero hoy, lo importante para nuestro país, sin duda son las marchas de mañana, los movimientos sociales para defender los derechos de la mujer y recriminar por las constantes fallas que tenemos en nuestro sistema, que no permiten un camino con las mismas oportunidades.
De nuevo, este ejercicio lo hago con toda la certeza de que sigo cometiendo muchos errores, esperando lograr un mejor avance para fortalecer esos puentes en una industria como la deportiva, que es de las más retrógradas.
Son marcadas las diferencias en el periodismo deportivo, donde sólo existen un par de compañeras que dirigen medios.
En la Liga MX, apenas hay una dueña, entre 18 clubes. Los directores de comunicación y áreas operativas son —en gran mayoría— hombres. Los que debatimos y transmitimos, somos hombres, en una mayoría.
Por eso, mañana nos toca escuchar, seguir entendiendo el proceso y buscar los caminos que nos permitan hacer más pequeña la brecha, deconstruir los estereotipos, promover más sus mensajes y esfuerzos.
En el deporte, seguimos justificando esta brecha, porque nos acostumbramos con los biotipos del hombre y un sinfín de ejecuciones en el mundo deportivo. Debemos reconocer, con toda franqueza, que tenemos una deuda histórica.
Falta mucho camino, pero mañana entendamos que el día es valioso y necesario para reflexionar en nuestra comunidad, en nuestros trabajos.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A otro 8 de marzo con aún muchas asignaturas pendientes del deporte con la mujer.
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