La miserable invasión rusa a Ucrania incide en el equilibrio internacional en tres círculos con distintos grados de intensidad: a nivel regional, europeo y global.
El primer círculo abarca el sur de Rusia, la totalidad de Ucrania y la península de Crimea. El conflicto en este espacio se inició en el 2013 (raíces desde el siglo XVII) primero la Euromaidán (Revolución de la Dignidad) derroca al presidente ucraniano pro-ruso Yanukovich, y en 2014 con la anexión de la República de Crimea a la Federación rusa (cedida por Kruschev en 1954 a Ucrania para conmemorar tres siglos del Tratado Pereyaslav de 1654). En abril de 2014 se autoproclaman repúblicas independientes Donetsk y Lugansk que reconoce Moscú y desconoce Ucrania. Después vino la invasión rusa y ahora el asedio a Kiev.
A manera de embudo, Rusia busca asegurar el flanco nor-este-sur de Ucrania, controlar los mares de Azov y el Negro, y que su vecino no pertenezca a la OTAN. Este desequilibrio favorece a Rusia.
El círculo europeo abarca al continente, pero la tensión se agudiza en la franja de países que, como Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania. Moldavia y Bulgaria, tienen frontera con Rusia o con Ucrania. Una parte de estos países son receptores humanitarios de los casi 3 millones de migrantes refugiados ucranianos.
En este círculo, si Rusia traspasa la frontera con Occidente, la OTAN aplicaría el artículo 5o. del tratado, según el cual, un ataque contra uno de sus miembros se considera un ataque contra todos. Es el principio de defensa colectiva cuya efectividad llevaría a la Tercera Guerra Mundial, sin contar antes con un accidente en las plantas de energía nuclear en Ucrania, como Zaporiyia, la mayor de Europa con capacidad de contaminación radioactiva 10 veces más que Chernobyl.
La invasión rusa cohesionó a la OTAN al grado que varios miembros ya apoyan con armas a Ucrania. No obstante que el temor a Putin, evitó la exclusión del espacio aéreo ucraniano, que pidió el presidente Zelensky. Equilibrio bastante inestable en este círculo.
Finalmente está el círculo mayor planetario. La resolución de la ONU que condenó la invasión rusa y exigió el retiro inmediato de las tropas de Ucrania (141 de 193 votos a favor, 5 en contra: Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Siria y Eritrea, y 35 abstenciones), refleja los equilibrios en el ámbito político/diplomático.
Militarmente la capacidad de la OTAN encabezada por EU, excede a la de Rusia, sin contar el papel que jugaría China, hasta ahora neutral y Corea del Norte alineada con Moscú.
Económicamente débil, Rusia no tardará en padecer las sanciones de EU y aliados, mientras más prolongue la guerra. Este círculo favorece a Occidente.
Los Estados Unidos con la OTAN están inmersos en los tres círculos, frente a una Rusia que no cede a menos que se asegure la neutralidad de Ucrania fuera de la OTAN, el corredor de Dombás con Donetsk y Lubanski independientes, pero alineados a Rusia, y Crimea parte de la Federación. Lo primero ya lo aceptó Zelensky. Pero una mutilación territorial es otro tema.
Los tres círculos son interdependientes, pues los actores interactúan en cada uno de ellos de distinta forma e intensidad. El primero se inclina hacia Rusia, el segundo es incierto y el tercero a Occidente. Lo ideal sería mantener y resolver el conflicto pacíficamente en el primero, evitando escale al segundo y definitivamente no llegue al tercero.