El absurdo nace en la confrontación

entre la necesidad humana

y el silencio irracional del mundo.

—Albert Camus

“Yo con el PRI no voy a ningún lado” declara Pedro Sánchez en España; “Juanito da discurso contra José María Aznar en evento de multimillonario en Bilbao”; “Declaración de Movimiento Ciudadano es firmada por la bancada del PP en Madrid”... Estos podrían ser los titulares de los periódicos de España si el mundo fuera igual de absurdo, pero al revés. A muchos españoles estos titulares los sorprenderían. A otros más los ofendería. Lo cierto es que serían irrelevantes. ¿Desde cuándo a España le importa lo que diga el PRI? ¿En qué momento Juanito se volvió una voz autorizada para opinar sobre las elecciones en España y a que millonario se le ocurriría contratarlo? Y por último ¿Qué tan inseguro se tiene que ser para firmar un panfleto de un partido de otro país y verlo como un acto aspiracional?

Esas mismas preguntas, pero al revés, nos hacemos muchos mexicanos en los últimos tiempos. Parece subsistir un delirio en la mente de algunas facciones -minoritarias- españolas: el delirio del neocolonialismo, de la España potencia, de la existencia de alguna fantasía llamada “Iberoamérica”. Un delirio perpetuado por un grupito de nostálgicos españoles de derecha y que es alimentado por otro grupito -ridículo- de políticos del PAN y algunos millonarios “con piso en el barrio de Salamanca”. Pero en el fondo no hay más que una vacuidad hueca. Un último intento de mostrar al mundo su fuerza, solo para darse cuenta que el mundo ya no está viendo. En cierto grado es inofensivo, en otro ridículo.

Pongamos un ejemplo de este absurdo: Según una nota publicada en el periódico El País, en un informe interno “La fundación Disenso, vinculada al partido español de ultraderecha Vox (...) señalaba la posibilidad de brindar apoyo “ofreciendo liderazgo” y “elaborando estrategias” a algunos grupos en el continente.” La nota refería al apoyo que algunos medios han señalado Vox ofreció a la candidatura de Xóchitl Gálvez, y que ella misma rechazó públicamente. Para muchos medios el tema del acercamiento de Vox a la candidata y su rechazo de esto fue tomado como una noticia de cierta relevancia dada la inclinación política del partido español.

Sin duda la nota fue amplificada por sus contrincantes políticos que veían provecho en asociar las marcas de Vox y Xóchitl para ahuyentar el voto en un país que hasta el momento ha rechazado contundentemente a la ultraderecha. Sin embargo, pocos repararon en el absurdo de origen: Muy pocas cosas positivas se pueden decir del PRI hoy en día, pero que un partido español que fue fundado hace 10 años y nunca ha gobernado, venga a ofrecer “liderazgo y estrategias” a un partido fundado hace 95 años y que gobernó uno de los países más grandes del mundo ininterrumpidamente durante 70 años, parece ser el colmo del delirio. La noticia no debería ser que Xóchitl rechazó “el liderazgo y estrategias” de un puñado de españoles de ultraderecha, sino que estos tuvieron el descaro de ofrecerlo. La noticia tendría que haber entrado a los bloopers políticos, no a los encabezados.

En ese sentido también se entiende la reunión de un grupo de Senadores del PAN en 2021 con dirigentes de VOX, para firmar la “Carta de Madrid”. Un acto de autosumisión pensoso que mostró la pequeñez, la intrascendencia y el aspiracionismo de los ahí presentes y que seguro elevó el ego neocolonialista de sus contrapartes españolas pero que logró muy poco más. Como dijo Douglas Adams. “Por un momento, nada sucedió. Entonces, después de un segundo, nada continuó sucediendo.” Un grupo de niños jugando al té. El equivalente a que un grupo de legisladores españoles se hubieran puesto los fosfos y cantado “movimiento naranja” a media legislatura en Madrid.

Lo cierto es que se está construyendo una narrativa de dar importancia a lo que no lo tiene. En el afán de los medios de alimentar de noticias, los neocolonialistas están logrando su objetivo. En México ya se habla de lo que España y sus interlocutores tienen que decir sobre nuestra elección; como si importara. De la misma forma que los medios españoles no harían caso alguno a que Álvarez Maynez declarará su favoritismo por el PP o el PSOE, ¿A quién le importa lo que Cayetana Álvarez opine sobre la elección en México? ¿Qué importa que Vox y sus amigos mexicanos hagan tardeadas para firmar panfletos irrelevantes? ¿En España harían noticia de esto si fuera al revés? Por supuesto que no. El delirio es un espacio abierto a quien quiera compartirlo, pero no le demos cuerda al absurdo. A los políticos mexicanos a veces se les olvida que hasta en política, se vale reírse.

Hoy, la realidad de México y España es muy distinta a la historia que cuentan los medios. El año pasado México rebasó a España como la economía más grande de habla hispana. Si México y España van a construir una relación que sea en otros términos, sin delirios de grandeza, ni complejos de pequeñez.

Analista político

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS