Para mí es un orgullo y privilegio haber sido parte de la comunidad estudiantil UNAM, debido a que tuve acceso a una educación de alta calidad. Mis maestros, además de poseer un excelente nivel académico, eran personas muy solidarias que me impulsaban a seguir estudiando. Estuve rodeada de gente extraordinaria que siempre me hizo sentir en familia y generaba un ambiente ameno donde yo podía participar.

Desde que era adolescente, soñaba con estudiar en nuestra Máxima Casa de Estudios, sin embargo, por las condiciones sociales, culturales y económicas en las que me desarrollaba, esto no fue posible. Fue en 2014 cuando logré ser aceptada en el posgrado en Ciencias de la Tierra. Gracias a esta oportunidad pude desarrollarme profesional, académica y humanamente. Mis maestros fueron una figura fundamental en mi formación y, debido a ello, pude enriquecer mi conocimiento en el área de Heliofísica y Clima Espacial. Cabe resaltar que desde que estaba en el último semestre de la licenciatura tuve la oportunidad de trabajar con investigadores de la UNAM y, aunque la infraestructura de nuestra unidad de trabajo no era factible, esto no fue un obstáculo para seguir entusiasmada en aprender el arte de la física del Sol y el Clima Espacial.

Gracias al apoyo de nuestra Universidad tuve oportunidad de participar en varias actividades nacionales e internacionales que enriquecieron mi conocimiento; por ejemplo, pude colaborar en diferentes proyectos, entre ellos, el Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE), donde realizaba un seguimiento diario y en tiempo real de las condiciones del Sol, el espacio que lo rodea y sus repercusiones sobre el entorno de la Tierra. Mi entusiasmo e interés en el área me han permitido seguir colaborando en este proyecto, que ahora se ha vuelto parte de mi vida cotidiana y donde quiero seguir contribuyendo con la finalidad de dar información de las condiciones del espacio, en beneficio del progreso de la humanidad.

Aunque el trayecto en mi formación académica no ha sido fácil, me siento privilegiada de haber tenido un espacio en la comunidad estudiantil. Provengo de una familia de bajos recursos, mis raíces son mazahuas y mi comunidad es una de las más vulnerables del país, sin embargo, me siento feliz con ello ya que la UNAM siempre ha considerado a todos por igual sin importar sexo, raza y/o condición económica. Gracias a todos los conocimientos que he adquirido, ahora quiero alentar a los chicos y chicas, especialmente de las comunidades rurales e indígenas, para que se motiven a estudiar y si es en nuestra Máxima Casa de Estudios ¡mucho mejor! Además considero que la Fundación UNAM es y será un factor esencial en la educación de los alumnos, principalmente de aquellos de bajos recursos, pero con grandes deseos de superarse profesionalmente. Es necesario que todos contribuyamos para tener una mejor calidad de vida en nuestras familias y sociedad.

Recuerda: Sueña y nunca dejes de soñar, pero cada día pon entusiasmo y tu mejor esfuerzo para lograr tus objetivos. Nada es fácil y lo único que cae del cielo es la lluvia, así que no queda más que estudiar y trabajar por nuestros anhelos. No te rindas, no abandones tus sueños y, si te caes, levántate, sacúdete el polvo y sigue hasta llegar a la meta. ¡Te deseo mucho éxito!

Recién egresada del posgrado en Ciencias de la Tierra con orientación en Ciencias Atmosféricas Espaciales y Planetarias. Actualmente colaboradora (por hobby) en el LANCE

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