Cuando uno escucha la palabra shock cultural uno asumiría que se está aprendiendo de culturas lejanas y exóticas. No necesariamente. Aquí mismo en la Madre Patria, donde el cliché es de carne y hueso, no he dejado de sorprenderme. La gente realmente baila y canta en las calles. Come jamón con tomate y huevos a cualquier hora del día acompañados de cerveza y, no hay platillo que se salve de los litros de aceite de oliva y ajo que pueden llevar. La dieta ibérica es un reto al que me enfrento cada vez que voy de compras. Pero es lo de menos. Después de un año en Valencia estoy apenas empezando a digerir lo que pasa a mi alrededor, lo que se celebra, lo que se acostumbra, lo que pasa más allá de mis narices y binoculares. Lo que sí tengo muy claro es que aquí no hay Día de Muertos y por ello estoy de luto. Aquí se celebran el 1º de Noviembre a Todos los Santos, todos los muertos, en familia y calladitos, como es su costumbre. Lo que extraño horrores es el Pan de Muerto del supermercado, de ese que viene en cajas de tamaño individual. Aquí lo más parecido es el llamado Pan Quemado, con sabor y textura entre pan de muerto y rosca de reyes pero sin las frutas. Aunque es un pan tradicional de Pascua, igual que el de muerto se puede conseguir prácticamente todo el año.
Aun en modo turista fui a cenar a una plaza en Valencia de esas que recomiendan en Trip Advisor. El comensal de la mesa de junto estaba de ligue y hablaba con el volumen alto, así que me dediqué a escuchar. Hablaba burda y crudamente en inglés de Escocia, mientras dos señoras también extranjeras ponían atención. Total que este señor acabó por clasificar a los españoles de parroquiales. Auch. Pero hasta cierto punto tiene razón, sobre todo considerando cómo se forjó el Reino de España. Para mí, España aparece en 1492 con el descubrimiento de América por Cristóbal Colon, y de allí los misioneros y la independencia y demás. No fue sino hasta hace muy poco en que hice la conexión de que en el siglo XV, fue el matrimonio entre Fernando e Isabel lo que afianza alianzas entre los nobles visigodos, termina la Reconquista, se impone el catolicismo de manera cruel y despiadada y adiós con 8 siglos de historia. Para situarse más o menos en el panorama mundial, Catalina de Aragón, hija menor de Fernando e Isabel, fue la primera esposa de Enrique VIII, feminista hasta el final y la persona por quien se desencadena la separación de la Iglesia Anglicana.
¿Parroquiales? Yo los veo muy contemporáneos. Aunque sigue y seguirá habiendo muchos fans de la tauromaquia, por ejemplo, los animales y su defensa están ganando campo. Los tatuajes son grandes favoritos de los españoles de todas las edades y géneros, al igual que el pelo en colores llamativos. Aquí no habrá falta de niños en muchos años: las plazas están llenas. Muchísimas personas no están contentas con su gobierno, pero eso no es novedad en ningún país del mundo. En cuanto a la religión, he visto algunas cabecitas blancas en mis visitas a iglesias, pero nada más. Aparentemente la religión, sus santos, celebraciones, bautizos y bodas son pretextos para reunirse, comer y beber con singular alegría, como en todos lados. El español está estereotipado porque es fácilmente estereotipable, igual que el mexicano.
Otra noche. Otra mesa. Un restaurant local. Mientras disfruto una paella, escucho a los de junto, también locales, hablando del hijo de un pariente quien no será bautizado. Ni quien se inmute.