Qué tienen en común Stormy Daniels y la reina Camilla del Reino Unido y los países de la mancomunidad? Piel de cocodrilo, gruesa, fuerte, aparentemente impenetrable. Pero no. La piel es un órgano y, como tal, también experimenta enfermedad, dolor; las heridas sanan, pero dejan cicatriz. Ambas mujeres han sido -y siguen siendo- blanco de comentarios, opiniones crueles e insultos de parte del mundo entero.  ¿Por qué? Stormy (nombre real Stephanie Gregory Clifford) por el tipo de trabajo que desempeña y su importantísimo papel en el juicio de Donald Trump; Camilla, por ser “la otra” en el matrimonio de Carlos III con Diana Spencer.

Vamos a ver. Nos guste o no, la industria pornográfica existe y bien. Stormy, quien empezó como extra, es desde hace tiempo directora, productora, guionista y recipiente de muchos premios, vamos, la mujer no tiene un pelo de tonta y hubiera tenido éxito en cualquier profesión. De hecho, consideró seguir una carrera dentro del periodismo y, aquí no hay mucha lana. Camilla, por su parte, ha sido desde siempre la única persona en realmente conocer, aceptar y apoyar la labor de su marido al tiempo que ha adoptado poco a poco un lugar en el corazón del pueblo británico con todo y a pesar de Diana.

¿¡Pero cómo!?  ¡La amante!  Si, la única que ha tenido amor verdadero, que ha soportado burlas y agravios solo por ese sentimiento que los ha unido por tanto tiempo. No ha habido otros ni otras. Diana tuvo una serie de “amigos” durante y después de su matrimonio, al igual que Andrew Parker Bowles, ex de Camilla. Amor del bueno, del sacrificado, correspondido, ella nunca quiso ser reina y aun así aquí está, al pie del cañón, sonriendo ante las cámaras (las mismas que la persiguiesen cuando el escándalo salió a la luz), cortando listones, inaugurando hospitales, llevando al cabo todas esas actividades tan amenas que le tocan al personal titulado en el arte de ser parte de la familia real.  "Never complain, never explain", como hubiese dicho Isabel II.

En cuanto a Stormy, no conozco su trabajo, no es mi estilo, pero tampoco me importa a lo que se dedica. Lo que es admirable es su estámina, su aguante y confianza en sí misma ante la posibilidad de llevar a juicio a quien fuese el hombre más poderoso de Estados Unidos. Y lo logró. Así como Al Capone cayó por no pagar impuestos, Donald Trump ha caído por sus indiscreciones y pecadillos, su misoginia, su arrogancia y mentiras, despotismo y nepotismo..

Yo soy de piel delgadita, como de avestruz, y si estuviese en la posición de cualquiera de estas dos valientes mujeres como avestruz quedaría, con la cara bajo tierra y, más todavía cuando completos desconocidos me llamasen “cara de caballo”, por ejemplo, o puta.  Yo creo que ambas, por más piel gruesa que tengan, deben estar aterrorizadas ante lo que se les viene encima: Un reinado difícil y crítico en la historia del Reino Unido, para Camilla, para Stormy la que deberá ser la mejor actuación de su vida. Aplausos.

En 1996, a los 23 años, Monica Lewinsky se vió involucrada en uno de los peores escándalos hasta entonces al mantener una relación con el entonces presidente Bill Clinton.  Impeachment para él y, para ella, humillación a nivel mundial.  No obstante, hoy en día es conferencista y experta en bullying cibernético. La Monarquía tiene tantos enemigos como Trump tiene apoyo y no va a ser fácil, pero Camilla y Stormy saldrán adelante, como siempre, reinas del estoicismo.

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