Este ha sido el mes del Orgullo Gay. Un mes para celebrar, recordar y festejar a todas las personas que hacen visible la diversidad del ser humano. Un mes de reflexión, por supuesto, y de aprendizaje. Es un cliché, pero es la verdad: mis amig@s mas cercanos siempre han sido parte de las minorías sexuales, gente que quiero y me quiere con quienes he tenido y tengo relaciones muy cercanas. Para mi no son gays, lesbianas, bisexuales, trans, vamos, son amig@s, son personas. Por supuesto que también he conocido gente envidiosa y venenosa, ¿que se le hace? La mala leche no distingue genero ni preferencia sexual.
Se ha comprobado que en flora y fauna existe un abanico de costumbres y situaciones románticas inesperadas. ¿Por qué no con Homo Sapiens? ¿Qué es eso nos hace tan especiales cuando, en principio, estamos acabando con el ecosistema del cual somos parte? Pero esa es otra historia. A estas alturas del partido, con el hombre en la luna, maravillas tecnológicas y el ser humano alcanzando 100 años de vida, las personas gay siguen luchando por derechos civiles y sociales básicos. Es absolutamente ridículo. Y ni que decir de ciertas religiones organizadas y países retrogradas donde la homosexualidad es ilegal, indecente, inmoral e inconcebible; sociedades enteras donde la familia es la primera en negar y tratar de curar una enfermedad que no existe mas que en mentes muy chiquitas, de esas con poca materia gris.
Como dijo Daniel Radcliffe “No tienes que ser gay para defender los derechos LGBT. Solo tienes que ser humano’. Miguel Ángel, Alejandro el Grande, Da Vinci, Florence Nightingale, ¿qué más da de quien se enamoraron? Es de conocimiento publico que Tim Cooke, CEO de Apple y, Pete Buttigieg, secretario de transporte de los vecinos del norte son gay, y el ultimo felizmente casado. Cientos si no miles de artistas, actores, escritores, utilizan su plataforma para luchar contra el estigma de lo fluidez sexual y el lugar del movimiento gay en la sociedad y ¡bien por ellos! Otros, los mas jóvenes, dan a veces la impresión de que esta de moda proclamarse parte de alguna minoría sexual, pero no puede ser un paso fácil que se dé a la ligera.
Y así, muchos adelantos dentro de la comunidad LGBT, pero también muchos obstáculos. Tratando de ser incluyentes, el paraguas del movimiento no puede tener contentos a todos. Como en todo existen autores, académicos y activistas cuyas posiciones radicales están haciendo más mal que bien. Por ejemplo, el lenguaje. Semántica y filosofía están consiguiendo que muchos de lo logrado por otros movimientos sociales importantes, como el feminismo, se vean afectados negativamente por sus desacuerdos, por un lado, por el otro, están atacando el carácter de gente como J.K. Rowling, quien fue destrozada en redes sociales por comentar sobre un texto políticamente correcto sobre las “personas que menstrúan” sin jamás mencionar la palabra “mujer”. Además, me pregunto, ¿dónde quedan las niñas, señoras postmenopáusicas? ¿Persona premenstruante? ¿Persona postmenopáusica? Se habrán dado cuenta de que soy 100% pro LGTB, pero las nuevas denominaciones me traen loca. Soy cis género, vainilla, ¿qué puedo decir?, el punto es que para escribir del tema hay que usar pinzas. Esa fluidez de género está muy bien ante las leyes jurídicas, civiles, sociales, todos somos iguales y merecemos los mismos derechos y oportunidades. La biología nos dice otra cosa. Y no se contradicen.