El pasado mes de mayo el Pentágono reconoció ante el Congreso al menos 400 avistamientos de los otrora llamados UFO por sus siglas en inglés, u Ovnis. Ahora sí es oficial. Existen objetos voladores no identificados volando por arriba de nosotros. Años y años de secretos, negaciones y total demencia por parte de gobernadores y gobernados, tachándonos de locos, ingenuos, herejes y quién sabe qué tanto más. Cómo da vueltas el mundo. Ahora, este grupo de expertos y gente de alto mando se dedica únicamente a estudiar lo que ahora llaman UAP/FANI y este fue su primer informe. El grupo -que promete difusión y transparencia- trabaja e investiga fenómenos naturales, submarinos, drones, posibles armas y tecnología enemiga y, lo que aquí importa, algo que no han querido describir como extraterrestre pero cuya procedencia y objetivo se desconoce. Como diría Fox Mulder, yo quiero creer. AARO, o “Anomaly Resolution Office” es el nombre oficial.
Todo parece indicar que no estamos solos y en lo infinito del universo no tendríamos por qué estarlo. Pero si en verdad nos están observando, ¿para qué? En este planeta todos los seres vivientes somos una maravilla de lo que yo llamaría ingeniería orgánica: la naturaleza, los animales, los planetas, el ser humano, todos interconectados por medio de energía que, como dijo Lavoisier, “no se crea ni se destruye, sólo se transforma”. Aunque más bien escéptica en cuanto a los relatos de abducciones y subsecuentes traumas, no puedo negar que en lo que se refiere a anatomía somos una especie muy interesante de explorar. Me pregunto también cómo se explicarían la manera tan frugal que tenemos de utilizar el cerebro. Pero no solo eso, ¿por qué ahora? El mundo está en medio de una crisis climática, política, social, la Tierra literalmente arde y tod@s con las manos atadas y los nervios de punta, mientras nos acabamos los pocos recursos naturales que nos quedan. ¿Será por eso? Un encuentro extraterrestre de cualquier tipo sería catastrófico porque siento que el ser humano, siempre con la mente nublada, lo primero que haría sería atacar, linchar; hay mucho loco en este mundo. Prefiero hacerme a la idea de que estas naves son como el Enterprise de Viaje a las Estrellas, con Jean-Luc Picard al mando. Una federación intergaláctica, pacífica, que explora y respeta la Directiva Principal de no intervención. Si dejase volar mi imaginación diría que un avistamiento de aquellos con más de dos ovnis es en realidad un grupo de niñ@s del planeta XM270 haciendo trabajo de campo. ¿Quién sabe? Los ovnis que se dejan ver son cada vez más y no son exclusivos de Estados Unidos.
Otra pregunta: ¿Qué querrían de nosotros? Re fraseando: ¿Qué podemos ofrecerles? En estos momentos de la civilización humana somos como animalitos salvajes, masoquistas, con instintos suicidas. Fumamos, bebemos, nos peleamos a la menor provocación o sin ella, existe una enorme falta de respeto hacia la autoridad, las instituciones, entre y hacia nosotros mismos. Por otro lado, la tecnología que podríamos ofrecerles sería para ell@s como jugar Lego.
¿Y qué tal si en las naves no hay nadie? Ni hombrecitos verdes o humanoides con cabeza desproporcionada, ni E.T., Alien o fugitivos para los hombres de negro. Naves vacías, drones intergalácticos que recopilan información y, después de lo que pasó en Roswell, prefieren no ser vistos. ¿Cómo saberlo? ¿Tendrán que pasar otros 50 años para enterarnos?