¿Qué es, exactamente, un influencer? ¿Un líder de opinión? Cuando yo pienso en el significado de la palabra me imagino chavit@s en IG que se toman fotos y les ponen estrellitas y, no logro entender su éxito, ni sus cientos de miles de seguidores y mucho menos las cantidades de dinero que ganan por mencionar productos o servicios. La palabra en si está en el observatorio de palabras de la Real Academia Española y, por lo pronto la definen como “…un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales”. Palabras clave. Obviamente mi imaginación se queda muy corta al no pensar en Twitter, YouTube, TikTok y demás plataformas digitales donde ahora si todos podemos tener nuestros 15 minutos de fama -o infamia. Hay de todo: personajes divertidos, consejeros de café, especialistas en maquillaje, moda, deportes, viajes, gamers, mamas y pap@s primerizos dando consejos de cuidado del recién nacido, de todo para todos. Para ser influencer es básico tener un cierto número de seguidores empezando por los 5,000 (micro influencer). Pasando los 7 millones uno se convierte en Celebrity influencer. No he checado cuantos seguidores tiene el personal que apoyo al Partido Verde ni lo voy a hacer porque no me interesa el grado de fama que puedan o no tener. Lo que si les diría es que la ética, los valores básicos y, el dinero si pueden ir de la mano y que lean las letras chiquitas del contrato antes de quemarse en la hoguera cibernética por $10,000 pesos, según vi por allí. Que se ahorren los mea culpas y que tengan en cuenta que en este contexto sus videos son totalmente ilegales así que buena suerte. Quienes si debieran ser castigados con toda la fuerza de la ley son la agencia promotora de “talento” y, por supuesto los del PVE que llevan años haciendo este tipo de pendejadas, siempre los cachan y, como ya sabemos no pasa nada.
Pero esa es una interminable historia así que pasemos mejor a los maravillosos memes, palabra que si esta en el diccionario y se define como “imagen video o texto por lo general distorsionado con fines caricaturescos, que se difunde principalmente a través de internet…rasgo cultural o de conducta que se transmite por imitación”. Crueles muchas veces, si, clasistas, racistas, sexistas, inocentes, divertidos, provocadores, millones y millones de gatitos. Uno de mis medios de expresión y comunicación favoritos. Imágenes con y sin palabras que reflejan el estado de animo de generaciones y sociedades. Unificadores. Amorosos. Destructivos. Divisorios. Navaja de dos filos. Señales de humo entre tribus estilo siglo XXI con las que nos identificamos o no, pero que ciertamente tocan algún nervio. Muy instructivos. Supe de la candidatura y derrota de Alfredo Adame a través de memes, por ejemplo, y desfilaron ante mi pantalla todo tipo de personajes en campa; a haciendo el ridículo.
Tiene mucho chiste saber utilizar estos medios y si alguien sabe cómo hacerlo es Mariana Rodríguez Cantú, esposa de Samuel García. Ninguno necesita introducción. Los conocí a través de internet, por supuesto, en aquel video de las alitas de pollo y sin saber quiénes eran los taché de Macho Ken y Barbie. Qué mal estaba. Ahora hasta me caen bien. Sera interesante seguir la evolución del contenido de esta macro influencer (más de 1 millón de seguidores), en su nuevo rol de primera dama de Nuevo León. Esperemos sea fan de Michelle Obama.
