El príncipe Harry de Montecito , California, sacó recientemente su libro de memorias. Anda cerca de los cuarenta y el libro, un ladrillo, tiene 400 páginas de anécdotas, reflexiones y hechos según su propia experiencia como parte de una familia disfuncional. Que los parientes en cuestión sean la familia real británica es gran parte del éxito comercial de la publicación, la cual ha roto récords históricos en ventas. ¿A quién no le gusta el chisme? Mas todavía cuando se lee como una novela cuyos personajes están rodeados de glamur, intriga, fama, fortuna y envidia. No lo he leído. Ni comprado. Si alguien me lo quiere regalar, yo feliz, pero por el momento no estoy lista para digerirlo. La ronda de entrevistas por televisión que ha otorgado el aún Duque de Sussex , me ha dado suficiente material para analizar y mover silenciosa y suavemente la cabeza de izquierda a derecha y de regreso, encogerme de hombros, mirar hacia arriba, sacar el látigo, respirar hondo, vamos, un sin fin de sentimientos y emociones encontradas.

En una sola entrevista –con Stephen Colbert - me enteré que, en la publicación, Harry dedica dos capítulos a sus giras por Afganistán en donde eliminó a 25 enemigos y, que su órgano masculino estuvo congelado por varios meses sin que él se diera cuenta (pp.257 según mis fuentes). Gracias por compartir, pero es demasiada información. La ironía de todo esto y por lo que más críticas han recibido es que el príncipe y familia dejaron el Reino Unido buscando privacidad y desde entonces no han dejado de ser noticia en ambos lados del océano. Tres tequilas después, Harry afirmó que su madre estaría orgullosa pero no estoy tan segura. Él ha sido latoso y rebelde, igual que ella. Lady Di causó también muchos dolores de cabeza entre la monarquía, pero su muerte prematura solo permite especular. Lo que es un hecho es que tan pronto apareció Meghan Markle en el escenario, los dolores de cabeza pasaron a ser migrañas. Y es que ella nació y creció en Los Ángeles, La La Land , polo opuesto a Londres y, eso también afecta la mente. California es un estado espectacular. Tiene playa, montaña, buen clima. Fue en San Francisco, por ejemplo, donde comenzó la contracultura de los 60. Pero es también un zoológico a cuyos habitantes les encanta probar lo nuevo, lo diferente, ser y ser vistos, seguir nuevas modas y filosofías de vida; vamos, no es un lugar para pasar desapercibidos. La cultura del victimismo y la corrección política dominan el discurso. Los angelinos meditan, van a terapia, comen kale, son woke.

Es evidente que Harry pasa por una crisis existencial fuerte. Empatizo al 100% , es un lugar muy difícil. Hay pocas situaciones tan horribles como mirar hacia atrás y preguntarse cómo uno, en algún momento, permitió o experimentó situaciones que hubiese preferido evitar. La psicoterapia ofrece varias alternativas, siendo una de ellas el escribir una carta en donde se plasman los pensamientos y deseos negativos, la cual, o bien se la queda uno y quema, rompe o desaparece del panorama de una manera u otra, o bien se entrega al terapeuta para juntos trabajar los rencores, mal entendidos y demás. Pero no Harry, él la entregó directamente a sus editores, recibió 20 millones de dólares y estamos viviendo los resultados. Las citas, afirma, se han publicado fuera de contexto, así como los chismes y las que provienen de Palacio. Es momento de contar la historia desde su perspectiva, caiga quien caiga.

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