Hay advertencias que no desaparecen. Una de ellas es la indicada en el título de esta novela de Javier Hernández Velázquez, Nunca bombardees Pearl Harbor, publicada por M.A.R. Editor en España, en 2018, que implica que los atrevimientos excesivos suelen ser una provocación para el destino que puede terminar en una escalera de Escher. El ritmo con que este autor tenerifeño narra es un mar borrascoso a punto de estrellarse en los riscos costeros. Seguro le interesa descubrir cómo concluye esta tremenda navegación justo donde nacen los ciclones que acosan el Caribe y lo devastan sin piedad. No afectaré esa intención.
Javier Hernández Velázquez nació en Santa Cruz de Tenerife en 1968 y gracias a su trabajo incesante, sus lecturas y su capacidad de observación de las conductas sociales ha conseguido crear una serie de novelas que lo convierten en uno de los autores más representativos de las Islas Canarias. Entre esas novelas está la saga del detective sin licencia Mat Fernández, un ícono de la mala suerte que diariamente se empeña en bombardear Pearl Harbor. Ese punto en la narrativa de Hernández impacta, porque su detective no sólo es un investigador aplicado, sino un personaje al que le toca cargar consigo mismo. Mat es viudo y le cuesta comprometerse con la única mujer con la que podría; además tuvo un intenso amor de juventud con Sara, divorciada de Gilbert Leblanc, un hombre muy poderoso y ambicioso, cuya presencia se ha vuelto letal. Tienen un hijo, Koke, que es asesinado por un rastreador, nombre genérico de un grupo de asesinos al servicio de Leblanc. Sara quiere saber quién realmente eliminó a su hijo y busca a Mat Fernández, que se niega a aceptar el trabajo; sin embargo, ella le hace una revelación que lo convence de investigar.
El trío de poderosos, dos hombres y una mujer, lo completa Capdevilla, un político retirado que intenta regresar a la vida activa, ya que domina el aspecto de que, “en política, las palabras son mentiras fáciles de pronunciar”.
Bel, es un personaje tremendo que siempre estará presente. Ya verá usted que no sólo es una mujer bella y cumple como bisagra, sino que tiene un peso en la historia que a usted podría sorprenderle. Si le gusta el cine de Sergio Leone, es de los que ha visto más de una vez El bueno, el malo y el feo, y admira profundamente la música de Ennio Morricone, “sus melodías hicieron de la violencia un arte”, esta novela lo atrapará también por eso, ya que en ella Por un puñado de dólares es otro de los personajes. Es notable cuánto conoce el autor de este tema. Por supuesto que no es circunstancial, la película tiene que ver con la trama y está dentro de las claves que conducen a Mat al límite de su comprensión, en este laberinto apasionante donde él mismo se ha metido hasta el cuello. “Iba por el buen camino hacia el infierno”, sentencia el autor, y no le falta razón.
La novela negra española contemporánea tiene una potente mina en las Canarias que en México debemos conocer. Sin duda, la puerta grande para entrar en ese territorio son las novelas de Javier Hernández Velázquez, que ha conseguido crear un personaje que no tiene desperdicio. Además, Santa Cruz también es personaje y nos comparte algo de su historia, de su comida, de la afición a los deportes, de algunos lugares emblemáticos y del aroma de una ciudad auténtica, donde un detective se da frentazos con los espejos irrompibles. Busquen en libros electrónicos. Disfruten como se merecen.