Imanol Caneyada nació en San Sebastián, España, en 1968, pero eligió ser sonorense y lo expresa, sobre todo, en sus libros donde el estado norteño mexicano siempre está presente. Litio, novela publicada por Planeta México en agosto de 2022, es un ejemplo muy potente de lo que pasa en esta tierra de montañas agrestes, valles productivos y playas escabrosas donde vivir es un ejercicio que requiere moverse, porque nada ocurre de milagro. Vale señalar que Litio se alzó con el premio Dashiell Hammett 2023, con que la Semana negra de Gijón distingue a los mejores libros de literatura negra, en honor del gran maestro autor de El halcón maltés y otras genialidades. “Las guerras del futuro se celebrarán por el litio y el coltán”, manifiesta el autor, y en esta novela nos cuenta cómo empieza este aquelarre.
Litio es una novela de perdedores, incluso la gran empresa minera canadiense que pasa por encima de todo para explotar minas de litio en Sonora encuentra la horma de su zapato. Ya descubrirán de qué nos habla el autor, que es un escritor que desliza un perceptible grado de cólera en su narrativa. No le parece la manera en que los poderosos, políticos y empresarios, asesinan, humillan y despojan a los pobres y a los indios de lo que históricamente les pertenece, la tierra. Ni los gobernantes ni los inversionistas extranjeros tienen escrúpulos. Sus agentes eliminan cualquier obstáculo con el que no pueda el dinero. Caneyada presenta personajes como la embajadora de Canadá en México, una mujer que no está de acuerdo con la conducta insaciable de sus paisanos, lo que al final le cuesta el puesto y la refunden en un escritorio donde espera la jubilación. ¿Qué hace María Antonieta, una mujer madura, emprendedora que siembra crisantemos en plena sierra para exportar a Arizona cuando la obligan a salir de su rancho, herencia de padres, abuelos y bisabuelos? Les cedo el privilegio de enterarse por ustedes mismos. ¿Qué hace Ana María cuando aparecen los representantes del gobierno para invadir su rancho? Los ahuyenta con una escopeta.
Imanol Caneyada tiene la capacidad de contar desde unas páginas que parecen estar ardiendo de indignación; puedo especular que parte de una estética de la inconformidad y es capaz de encontrar las palabras precisas para hacer llegar a nuestros cerebros un estado emocional, que es un misterio la manera en que consigue controlarlo. A muchos lectores nos agrada esa fuerza indómita del sonorense que sabe muy bien que tras la belleza apabullante de la cordillera que cruza su estado, actúa una pandilla de facinerosos que nada sabe de respeto a la tradición o a un estilo de vida que mancillan sin piedad. Menciona al Grupo México y cómo el río Sonora fue contaminado sin miramientos.
Hay numerosas lecciones en Litio, muchas advertencias. Es justo señalar también la manera en que el novelista desarrolla cada uno de los personajes, que como puntas luminosas se mueven a lo largo de la novela que se desgrana poco a poco, grano a grano, como si fuera una mazorca mágica. No sé qué personaje les gustará al final ni cuál les parecerá más odioso. Lo que les comparto es que cada uno de ellos es una muestra de grupos humanos que espero no encuentren jamás en su camino. Imanol desarrolla cada personaje de manera precisa, de tal suerte que no nos quedan dudas del tipo que representan. Mientras en México desgarran la tierra, en Canadá, unos jóvenes demuestran que no son una sociedad perfecta.