Myriam Moscona, qué maravilla, amiga. Eres una maestra de la primera persona. De esa manera intrépida y luminosa de ir desgajando la danza, la música y el color del cielo alrededor del mundo. Me gusta, ¿sabes? Cómo descifras tu memoria donde está tu padre, Tante Blanche, tu abuela poniéndote pruebas de carácter, tu madre, tu hermano, la niña que escribía acordeones en solitreo, ¿o era en hebreo?, la persona que seguían los pájaros no precisamente con sus trinos, el cartero que llamaba dos veces, las amigas de pan y leche, el extraordinario complemento de países, lugares, sueños, deseos, rompecabezas, ventanillas y un oso, ¡me encantó el oso! Un oso culto que me hizo recordar al Gato Culto, papá de dos de mis mejores amigos. Como dicen, qué gozadera con tu libro, amiga, aunque digas, “la memoria duele”.
Qué bien que Tusquets, Planeta, publicó tu libro en noviembre de 2022, en México, tu país Myriam, donde eres china poblana y bailas el jarabe tapatío mientras tu pelo emblukado es una serpentina que hechiza los ojos de las estatuas y pone alerta al León que sirvió de modelo a la moneda que da título a esta publicación. ¿Sabes qué es muy sugestivo? Que das la lista de autores de los que tomaste citas. Aparece Rulfo, Canetti, Proust, Pavese, Einstein y varios más que son pilares de nuestra cultura. La parte de Thomas Mann es reveladora, lo mismo que las de la Tante Blanche. Sin embargo, las palabras que nos acercan a Myriam poeta son muy potentes. “Las estrellas son la escritura más antigua”, lo pensaré, ¿qué tal si agregamos esto en el lenguaje inclusivo?; “nunca sabremos quién vive adentro de los demás”, quizá tus lectoras ya aceptaron esta verdad; “vio avanzar el minutero como un latido que se desprende”, entonces se podría pensar en cualquiera de los siete cielos. Desde luego que hay muchas ideas en tu libro, muchos caminos. Unos llevan a la ciudad y otros al monte, a las montañas y bosques de un país que llegó tarde a la repartición. Supongo que tampoco pudiste resistirte a poner serpientes y escaleras. Creo que la mayoría sabemos la clase de tipo que era Picasso con las mujeres, pero qué bueno que agregaste detalles sobre cómo desechaba a una para traer a otra.
Te cuento. ¿Qué libros llevarás en vacaciones? Preguntó Leonor que había elegido una novela de Octavio Escobar Giraldo y un libro de poemas de Alfonso Orejel. Una novela de uno de mis alumnos y algo más. Lee esta, me ofreció León de Lidia, te va a interesar. Me explicó que León de Lidia es una moneda. Y resultó cierto Myriam, tu novela me ayudó o no sentir el receso por una vacuna que a ambos nos pusieron y a ver las montañas como si estuviera en los Balcanes. Entendí un poco eso de las “lecturas metafóricas”, algo que nos evitó padecer el impedimento de beber vino y comer ciertas cosas por 48 largas horas. Espero que no lo hayas sufrido. Deveras amiga, qué buen libro, debes estar contenta y seguro inmersa en esa sana preocupación que significa un libro de esta catadura. Juan Gelman tuvo razón cuendo dijo, “logra juntar pasado y presente, vida y muerte, memoria e imaginación en un mismo espacio”. Y eso que el señor no leyó la parte del oso cuando le pides que se identifique, “le pregunto… si proviene de los tracios, romanos, griegos, bizantinos… o si es un oso moderno, posterior a Darwin.” Qué bárbara Myriam; Oye, tomé un nombre de tu libro, en caso de que no estés de acuerdo te mandaré una bandada de chanates cursientos. ¡Feliz 2023!
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